La política decide cómo resolver los problemas de los ciudadanos, y así, para incrementar el nivel cultural, se puede optar por la concesión de 400€ para los que se ha llamado el 'bono cultural' o por la concesión de becas que permitan un mayor acceso a la cultura y a la formación de los nacionales.

Si consideramos que el promedio de una beca es de 1.730€ para alumnos no universitarios y de 3.130€ para los universitarios y los beneficiarios de los 400€ famosos son 320.000, podemos optar por invertir 128 millones de euros en esos 320.000 ciudadanos o facilitar a 73.900 una beca no universitaria o incluso a 40.800 alumnos universitarios concederles una beca, e incluso podríamos abonar 3000€ durante todo el año a un investigador científico y gastar 210.000€ en cinco años para 609 investigadores.

Es evidente que la inversión de los 128 millones en el bono cultural supone un gasto superfluo con poco impacto cultural y menos beneficio social que potenciar la formación, lo que nos lleva a preguntarnos ¿qué prefiere el político, soluciones a un problema y formar a los ciudadanos u ocultar un problema formativo y cultural con una fanfarria que concede una imagen irreal de su intención? Dicho de otro modo, ¿formación o plexiglás?

Es evidente que la manipulación es la forma de la farsa política y el engaño de los que nos estafan de forma constante, pero luego se duelen cuando les dices que son unos delincuentes… en fin.

Junto con esta farsa tenemos que observar cómo nos mienten de forma constante para lucrarse y, sobre todo, para amedrentarnos, manipularnos y someternos a sus intereses.

De este modo, nos están metiendo miedo con un cambio climático que puede ser abordado con la educación del ciudadano en no dañar el medio ambiente, sin necesidad ni de amenazarle, ni de amedrentarle, ni de obligarle a realizar determinados cambios de actuación por miedo.

Cuando era un crío se reciclaban las botellas que llevábamos al ultramarinos por las que nos daban unos céntimos que lucrábamos los niños e invertíamos en el kiosco en chuches y que tus padres controlaban su consumo con el control del número de cascos de CocaCola que llevabas.

Se acabó con esa forma de reciclar por la moderna, progresista y ecológica botella de plástico no retornable, todo un avance que, ahora, es un crimen por atentar contra la naturaleza… ¿en qué quedamos: es bueno y progresista o es malo y dañino? Pues, eso… 

Cuando estamos generando el gasóleo ecológico con el reciclado de las grasas animales e invertimos en la investigación, más que adelantada, del vehículo de hidrógeno, nos persiguen por comprar vehículos diésel, nos ocultan el vehículo de hidrógeno y nos obligan a adquirir vehículos eléctricos que poseen pilas inmensas que plantearán problemas sin solución pues, si una pila de botón tarda en biodegradarse entre 500 y 1.000 años, ¿cuánto tardará la de un gran vehículo aún reciclando un 75% de sus materiales? 

Aún admitiendo que la biodegradación sea la de una pila de botón, la biodegradación en 1000 años resulta mucho más dañina que el consumo del diésel ecológico de grasas de animal.

A todo esto hemos de añadir que, aún sometiendo a España a una política ecológica al máximo nivel, el efecto en el ecosistema no sería significante, pues no alcanzaría el 1%.

Es evidente que nos manipulan, nos engañan, se lucran y benefician con ello y no sirve para el propósito que se dice buscar sobre la base de un cambio climático que, aún aceptando se predice por aquellos que son incapaces de predecir el cambio del clima a siete días vista, nos aseguran con certeza científica que en 50 años el cambio supondrá el fin del mundo. ¿No te parece excesivo?¿con qué fundamento o credibilidad científica puedo seguir a quien no acierta en lo poco y dice acertar en lo mucho?

Si el cambio es cierto, que no lo niego, si es preciso actuar en la defensa de la naturaleza, que es algo innegable, ¿cuál es el motivo de que se acaben con las políticas educativas y culturales que se han hecho en este país de forma secular y se opte por la política del miedo, la amenaza, la estigmatización del que lo pone en duda y la sanción?

Edúcate y eduquémonos, formémonos y hagamos mentes críticas, de verdad, y no permitamos el uso del miedo, la presión, el estigma antidemocrático progresista-siniestro y salvemos nuestro medio ambiente con la cabeza y con “membríscalos” y olvidemos el desasosiego paralizante.