El pasado sábado se celebró en Valladolid el 200 aniversario de la creación de la Policía Nacional en España, y en el mismo acto se entregó por parte del Ayuntamiento la Medalla de Oro de la ciudad al cuerpo de la Policía Nacional.

Fue un acto solemne, emotivo y popular en nuestra Plaza Mayor, al que fui amablemente invitado por nuestro Alcalde y al que por supuesto asistí de buen grado.

El desarrollo del acto ocupó íntegramente la Plaza y fue de libre acceso a cuantos ciudadanos quisieron acercarse a rendir homenaje a nuestra Policía.

Todos situados en el perímetro de la plaza, por cuanto el centro estaba ocupado por una representación de las distintas unidades de la Policía en las nueve provincias de nuestra Comunidad, pues la Medalla de Oro de la ciudad fue recogida por el Jefe Superior de Policía de Castilla y León de manos del alcalde vallisoletano.

Las tribunas situadas delante de la fachada ocupadas por las autoridades que presidían el acto y los invitados del Ayuntamiento y la Policía, sus familiares y amigos y cuantos ciudadanos quisieron acercarse al acto.

Acto que fue aprovechado para reconocer y premiar a distintos miembros del cuerpo y de la sociedad civil que se habían distinguido por su buen hacer en pro de la seguridad nacional y su colaboración con la policía.

A lo largo del acto, presidido por el Delegado del Gobierno y el Alcalde de la ciudad, tuvimos la oportunidad de escuchar tres discursos.

El de los que dos que presidían el acto, y el del Jefe Superior de Policía, quien hizo un repaso de la Historia de la Policía Nacional, y mostró su agradecimiento a la Corporación Municipal por el reconocimiento que hacían a la Policía Nacional.

El segundo en intervenir fue el Alcalde Jesús Julio Carnero, quien, tras felicitar a los policías por sus 200 años de servicio a España, recalcó que el reconocimiento fue respaldado por unanimidad de los integrantes de la Corporación Municipal.

Y, a continuación hizo un inciso para respaldar a los trabajadores de la empresa Bimbo, que a esa misma hora se manifestaron a unos cientos de metros de la Plaza, manifestación en cuyo inicio participó el propio alcalde hasta incorporarse a los actos de la Plaza Mayor.

Continuó el alcalde recordando que la Medalla de Oro se constituyó en 1.986 en el máximo reconocimiento de la ciudad a aquellas personas e instituciones que se hicieron merecedoras de tal honor por su trabajo en pro de nuestra ciudad.

Dando lectura a la relación de las 13 personas e instituciones que en la etapa democrática han recibido la Medalla, a la que en aquel acto se sumaba la Policía Nacional.

Subrayó en su intervención la importancia de celebrar el acto en la Plaza Mayor, en la misma plaza en que fue proclamado Rey de Castilla Fernando III el Santo, hace 807 años, y que poco después, en 1.230, fue reconocido como Rey de León, y desde entonces se produce la unión de Castilla y León.

Y justifica así por qué el acto es presidido por el Delegado del Gobierno en Castilla y León y la Medalla sea recibida por el Jefe Superior de Policía de la Comunidad Autónoma.

Seguidamente explicó el motivo del reconocimiento vallisoletano, recordando la función que la Constitución Española encomienda a la Policía Nacional y la cercanía y cariño que los vallisoletanos sienten por la Policía Nacional.

Recordó que hace 18 años, el alcalde León de la Riva puso en marcha, por primera vez en España una Sala Conjunta entre la Policía Nacional y la Municipal que hizo de Valladolid una de las ciudades más seguras de España, mentando algunas de las labores de esta sala, cita que agradezco de corazón.

Seguidamente recordó la participación de la Policía Nacional en nuestra Semana Santa, donde desde hace 100 años acompañan a la Virgen de la Piedad en calidad de Hermanos de Honor.

Después, y en su condición de funcionario, les recordó a los funcionarios de la policía que desempeñan una de las tareas más importantes que puede desempeñar un funcionario, citando a los médicos, "que nos ayudan a llegar al mundo y retrasan en muchos casos que nos vayamos de él".

Los maestros, que nos enseñan las primeras letras, los bomberos, y los policías nacionales, a los que dio las gracias por su vocación de servicio público, por permitir que todos los ciudadanos seamos más libres, más iguales y más justos.

Terminó recordando a aquellos que nos han dejado porque han perdido la vida o la Salud en el ejercicio del servicio público, especialmente a los 188 policías asesinados por organizaciones terroristas, entre ellas la ETA, recordando que el perdón corresponde concederle a las familias.

Pero a nosotros nos compete recordar que aquello nos dolió mucho, y que no vale el cambio de siglas para amparar la indignidad y la injusticia.

En una clara alusión a la modificación de la Ley de Seguridad Ciudadana que han negociado con EH Bildu y que va a adelantar la excarcelación sin cumplir íntegramente la condena a más de 40 asesinos terroristas de ETA, olvidando aquella promesa de "nunca negociaré con EH Bildu, si quiere lo repito veinte veces". 

Cerró su intervención deseándoles que continúen realizando bien su trabajo y que la Ley se lo permita, en una clara alusión al pacto entre el Gobierno y EH Bildu que deja a los policías en una situación de clara indefensión, y esperando que Valladolid, gracias a su trabajo y la colaboración municipal siga siendo una ciudad siempre segura.

Acto seguido, intervino el Delegado de Gobierno con un discurso bien construido en el que felicitó a los policías por su trabajo y agradeció al Ayuntamiento por la concesión de la Medalla de Oro de la ciudad y la celebración del acto en la Plaza Mayor.

Por supuesto, ninguna referencia a la homologación salarial entre las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado tantas veces prometida, o al malestar existente en el Cuerpo por los acuerdos entre el Gobierno que él representa y los herederos de ETA. Estoy seguro de que a él tampoco le gustan.