A la vista de la evolución de los acontecimientos políticos en nuestro país en los últimos días, no me queda más remedio que parafrasear a Jordi Pujol, que por cierto sigue sin entrar en la cárcel, y titular mis comentarios de hoy con ese “La trama… qué trama”, pues el tema va adquiriendo mayor amplitud día tras día.

Y es que el comienzo de la corrupción fue titulado inicialmente como la “Trama Koldo”, en referencia a los negocios manejados por quien era la mano derecha del ministro Abalos, que fue custodio de los avales que presentó Pedro Sánchez para acceder a la Secretaría General del Partido, que llegó a Ferraz de las manos de Santos Cerdán.

Fue puesto como ejemplo de militante socialista por el propio Sánchez, quizás porque custodió las urnas de cartón de Ferraz con el mismo celo con el que custodiaba los puticlubs en los que trabajaba como portero.

Con tan brillante currículum, nadie se explicó cómo este individuo entraba y salía del ministerio que dirigía su jefe y amigo, el todopoderoso ministro Ábalos, y tenía acceso directo e inmediato a dirigentes de empresas públicas, presidentes de Comunidades Autónomas, por supuesto del PSOE, y a ministros y altos cargos de distintos ministerios, aunque sólo alguno ha reconocido las llamadas y las instrucciones de Koldo. 

E incluso alguno, como Paquita Armengol llegó a decir que apenas le conocía y negaba que la hubiera llamado en relación con el fraude de las mascarillas en el gobierno balear que ella había presidido… hasta que la UCO desveló la conversación telefónica entre Koldo y Armengol que se despedía de ella con aquel “cariño te mantendré informada”, que desmiente el conocimiento negado por la ex presidenta balear.

Y cuando todo el mundo hablaba del caso Koldo o de la trama Koldo, los seguidores del tema observan la permanente aparición en todos los temas en los que interviene Koldo y aparece un empresario: Víctor de Aldama, al que empiezan a señalar como el conseguidor, y se comienza a hablar de la “Trama Aldama” al verle aparecer en las negociaciones de Globalia, en los negocios de Begoña, en sus repetidas visitas a Moncloa.

En su fácil acceso a los ministerios y en la visita de Delcy a Barajas, acompañando al entonces ministro Ábalos, aunque su salto a la fama se produce cuando el juez ordena su ingreso en prisión por un presunto delito fiscal en relación con el IVA de una compraventa de hidrocarburos.

Pero es que también aparece en el chalet adquirido para el veraneo del exministro, o en el pago milmillonario del piso de lujo de la Plaza de España de Madrid en el que se alojaba Jessica, la amante del ministro. A partir de aquí, se empieza a hablar de la “Trama Aldama”.

Pero las investigación de la UCO no se paran en estos dos personajes y la conclusión parece evidente, nada de esto sería posible sin el conocimiento y la autorización de su jefe inmediato, por lo que la investigación sobre el ya exministro y ex número tres del Psoe parece inminente, algo que todos teníamos muy claro, pero que el juez  ha retardado todo lo posible para poder controlar la instrucción del caso sin tener que remitírselo al Tribunal Supremo dada la condición del exministro y todavía diputado José Luis Ábalos, con lo cual ya no hablamos de la trama Koldo o del caso Aldama, sino directamente de la trama Ábalos. Pero tampoco aquí termina el tema.

Y es que hay que recordar su inesperado cese como ministro en una remodelación del Gobierno Sanchezstein y como secretario de organización del Psoe, algo que ni él mismo se esperaba y que el Presimiente Sánchez se ha negado a explicar. Sin embargo fue repescado por SuperSanchez en las siguientes elecciones adjudicándole además la presidencia de la Comisión de Justicia en el Congreso.

Todo parecía que desde Moncloa querían asegurar su silencio, pero cuando se conocieron los últimos informes de la UCO, Le suspendieron de militancia y le pidieron que renunciara a su escaño, a lo que se negó y solicitó su paso al grupo mixto. Y poco después dejó de seguir en las votaciones las indicaciones del portavoz.

Él negó repetidamente haber formado parte de ninguna trama y el haberse enriquecido, pero sus explicaciones sobre el chalet para su veraneo, el piso de Jessica en la Plaza de España en Madrid, el pago de un sueldo y una propina de1.500€  por cada día que la estudiante de odontología viajaba con Aldama no han sido desmentidas.

Las grabaciones hechas públicas estos días no dejan lugar a dudas sobre la participación de Ábalos en el negocio y se empieza a hablar de la trama Abalos. Por cierto, al parecer ha sido despedido por Risto Mejide de su programa “todo es mentira” y ninguno de sus participantes hace honor al nombre del programa como él.

Sin embargo, de las grabaciones intervenidas por la UCO se desprende que por encima de Ábalos había un número uno, con el que Ábalos despachaba y le informaba de sus gestiones, que como se ha demostrado en la visita de Delcy que fue conocida con antelación suficiente por el número uno, que lo aprobó con un sencillo “bien”, encomendando la gestión de este asunto al ministro Ábalos y no al ministro de Asuntos Exteriores o del Interior como parecería más adecuado.

Ábalos dio hasta diez versiones diferentes de la visita de la vicepresidenta venezolana y por supuesto nunca sabremos el contenido de las maletas de Delcy.

De momento Ábalos hace leves insinuaciones, pero ya no asegura su silencio, vamos, algo parecido a lo dicho al Fiscal General del Estado  ha recordado que en el tema de las mascarillas las decisiones las tomaba el número uno, en una reunión a la que asistían cuatro ministros, y recuerda que la actual Presidenta del Congreso y el Ministro de Administración Territorial presidían dos Comunidades implicadas en la trama de las mascarillas.

 En conclusión, si queremos hablar con propiedad hemos de hablar de la “Trama Sánchez” o de la trama Sanchista, pues todas las tramas confluyen en quien es el número uno en el Gobierno y en Ferraz, donde al parecer se entregaban miles de euros en bolsas de Zara.

Y todavía no hemos llegado al punto final. La inquietud en Moncloa y en Ferraz es importante, y no les falta razón.

Hasta el viernes que viene.