Desde este jueves se celebra en Valladolid la Feria Internacional del Turismo de Interior, que este año llega cargada de polémica por su forzada ‘fusión’ con AR-PA, la hasta ahora discreta feria de turismo cultural que el consejero del ramo, Gonzalo Santonja, ha decidido promocionar a toda costa, aún a riesgo de debilitar la exitosa Intur.

La provincia de León, por ejemplo, ha renunciado en bloque a estar presente en la cita, tras denunciar abiertamente la Diputación y el Ayuntamiento el “chantaje” de la Consejería al vincular obligatoriamente la participación en Intur a hacerlo también en AR-PA.

Una imposición que el resto de instituciones provinciales, en manos del PP, sí han asumido aunque con muchas reservas expresadas en privado. De hecho, algunos patronatos estarán solo en AR-PA. Y es que doble esfuerzo, económico y personal, y duplicidad de promoción con resultados inciertos. Veremos si el empeño de Santonja recoge los frutos deseados y no termina en fracaso.

Independientemente de la controversia, es indiscutible que el turismo de interior en España ha experimentado una notable evolución en los últimos años. Los viajeros buscan experiencias en contacto con la naturaleza y con el patrimonio cultural local. Este auge ha sido notable tras la pandemia de COVID-19, cuando las restricciones incentivaron la visita a entornos naturales y rurales dentro del país.

De igual forma, las cifras del turismo de interior en Castilla y León ofrecen un saldo notable en 2024, impulsado principalmente por un aumento sostenido de visitantes nacionales e internacionales. Los datos de Turespaña muestran que en agosto de 2024 el número de viajeros creció un 4,16% respecto al mismo mes del año anterior, y las pernoctaciones aumentaron un 2,35%, reflejando un incremento continuo y estable en la región.

Imagen de marca

Castilla y León consolida así su posición como líder en turismo rural. La región ha sabido capitalizar su rica herencia cultural y natural, ofreciendo una diversidad de experiencias que van desde el enoturismo hasta la exploración de su patrimonio histórico. La Feria Internacional del Turismo de Interior (Intur es un claro ejemplo del compromiso de la comunidad autónoma con el sector, promoviendo la naturaleza, la enogastronomía y la cultura como ejes centrales de su oferta turística.

Aunque la comunidad cuenta con una oferta rica y variada, enfrenta retos como la despoblación y la necesidad de atraer visitantes fuera de las temporadas altas. Sin embargo, el desarrollo de infraestructuras, la promoción de eventos culturales y el auge del teletrabajo en zonas rurales están ayudando a posicionarla como un destino con grandes atractivos.

La importancia del turismo de interior para Castilla y León obliga a avanzar en ferias como Intur, que debe dar un paso adelante en busca de nuevas fórmulas de promoción adaptadas a los nuevos tiempos.

La propia comunidad autónoma, con un vasto territorio diseminado en nueve provincias, debería hacer más hincapié en la conveniencia de ofrecer en el exterior una imagen de marca común que aglutine las ofertas turísticas de cada provincia.