Esa es la imagen que dieron ayer en los medios. En Castilla y León el PSOE nunca ha dado especialmente guerra. Ha sido un partido en el que cobrar un sueldo cómodamente intentando hacer una oposición sin pena ni gloria. Tudanca ya molestaba, y mira que ha peloteado al "presi"hasta decir basta. Era una cuestión de morir o matar y está claro que, en estas cosas, los de abajo siempre salen perdiendo.
Alegaba durante su homicidio que Castilla y León necesita un nuevo proyecto. Un proyecto que podría haber propuesto durante los diez años que ha estado sentado en el banquillo. Para sobresalir no solo hace falta tener hambre de fama, hay que hacer y demostrar. Tuvo un último intento de hacerse el difícil, de tener dudas, de retractarse. Un comportamiento un tanto infantil para un político con canas, como el del quinceañero chantajeando a la chica que le ha dejado. Lo que pasa es que esta chica en cuestión es demasiado egocéntrica para acordarse ya de su cara. Para terminar, da la enhorabuena a su sucesor, como si tuviese algún mérito ser "El Elegido".
Ahora los socialistas están liderados por un señor que trabajaba en un supermercado antes de asegurarse un sitio en el partido. Muy digno eso, por supuesto, pero ya está muy visto. Este giro es tan de 2014, tan de Podemos... Me encantaría saber la estrategia que esconde este movimiento, aunque realmente dudo que la haya ¿No hay jóvenes formados en la cantera roja de Castilla? De verdad que ya no se vota por pena, está desfasado. Esa táctica de sentirse tan identificado con el "líder" como para pensar que tú también podrías serlo y votarlo, ya demostró Iglesias que no funcionaba, no sé por qué quieren tropezar con la misma piedra. Y si no, mirad las medidas implementadas por Igualdad y los resultados obtenidos ¿Qué aporta sacar a la palestra a un tipo que siempre ha sido de segunda fila? Un alcalde de Soria que en las fiestas del pueblo sale disfrazado, haciendo el ridículo e intentando burlarse del Papa... en fin, para lo que han quedado.
Ayer el pobre de Carlos salió a declarar con voz temblorosa y mirada triste, perdida. Estaría pensando (y estará durante el tiempo que considere Pedro) en la que le ha caído. Parecía un teleñeco recitando un discurso mal aprendido, titubeando, con su chalequillo de boda de los ochenta. Mira, ahí la imagen sí que la han cuidado al milímetro, le faltaba la americana de pana. Él que nunca ha sido el vasallo de Ferraz. Y, aún así, tiende la mano a su amigo Tudanca para que siga en Castilla y León; como si Luis pudiese elegir su futuro, pobre hombre.
Ya no estamos en 2014, Sánchez. Ya sabemos que no le preocupa que le tilden de maquiavélico, pero no sea tan primario y no se quede solo en eso. La sociedad pide políticos formados y bien rodeados, que gestionen problemas y solucionen. Y aunque el sanchismo sea asumir que el presidente tiene la razón hasta cuando se equivoca, tampoco estamos en el 36 para unas elecciones con candidato único... Demasiadas similitudes para un ególatra sin principios.