Que no se agache Franco entre las cabezas de los alumnos de la clase, ni esconda la gorra de plato de Generalísimo bajo los cajones del pupitre. El presidente Sánchez sacará a Franco al encerado de las aulas. Entre la bola del mapamundi se aprecia un fajín de general y suena la Marcha de Infantes.

En la enseñanza de Castilla y León ya está armada la marimorena. La Federación de Enseñanza de CC. OO. considera "imprescindible" promover la "memoria histórica", mientras que Escuelas Católicas no lo ven "prioritario" porque "ya se aborda".

Si me permite Escuelas Católicas un consejo de viejo zorreras de la comunicación, no deben morder tan envenenado anzuelo. Mejor estará desmarcarse rotundamente del franquismo y después matizar lo que proceda. Que el gobierno quiere mezclar el trigo con la paja y en el rio revuelto está la ganancia de pescadores.

La "memoria histórica" no es tal. Más bien es una desmemoria, por lo que tiene de memoria parcial. El presidente Zapatero, alter ego de Pedro Sánchez, quiso reescribir la historia y ganarle la guerra civil a Franco. No es de un gran coraje criticar a un dictador muerto hace cincuenta años. Para arrestos los del general Queipo de Llano, que al general motejó en plenitud de su poder como "Paquita la culona", pues Franco era bajito, con prominente trasero y voz aflautada.

Para estudiar en el aula la dictadura de Franco, no hay que detener las manillas del reloj en sus treinta y seis años de régimen de privación de libertades. Enséñense los antecedentes y se facilitará la compresión del franquismo. La España de 1936 era una tragedia sin salida. El pronunciamiento militar contra la legalidad formal republicana fue la causa inmediata de la Guerra Civil, terrible tragedia entre hermanos.

Pero dígase a los alumnos que la República, perdida su legitimidad por los desmanes, caminaba sin solución a un apoderamiento de su legalidad por los comunistas, poco influyentes en ella hasta que el socialista Largo Caballero se rindió a los estalinistas y entregó en bandeja de plata el partido de Pablo Iglesias. Es muy probable que sin el pronunciamiento militar la República hubiera terminado en una dictadura bolchevique, que Stalin buscaba para el sur de Europa. Con la guerra civil nació una dictadura militar de derecha extrema. España en la debacle de 1936 estaba en caída libre y es lo que hay que contar en clase.

Sánchez quiere y lo sabe, instalarse en la pseudo historia. Mientras se habla de Franco, menos atención se prestará a las problemas de España, que son muchos. Todo debe girar en torno al fascismo y esto demuestra no saber ni la a de la verdadera historia. El único líder de los nacionalistas que abrazó abiertamente el fascismo fue Ramiro Ledesma y sus jonsistas. Franco utilizó a la Falange, pero gobernó como dictadura militar. El fascismo fue más un decorado, un gran "atrezzo" para el sostén del franquismo. El nazismo y el fascismo de Mussolini tenían atragantado a Franco, para los que era solo un militar anticomunista.Para Sánchez, Franco es todo fascismo, fascismo, bla, bla, bla...

El sanchismo organiza "España en libertad" en el cincuenta aniversario de la muerte del dictador. La libertad no regresó inmediatamente a España con la muerte de Franco en 1975. Paca Sauquillo, dirigente socialista en la Transición, ha recordado lo mucho que hubo que luchar después hasta consolidar un régimen de libertades. Lo que hay que enseñar a fondo en las aulas es el "milagro" de la Transición española. El gran pacto, el perdón y la reconciliación, que hicieron posible la paz y la democracia