Danzas de pauliteiros para abrir las fiestas de Santa Bárbara en Sendim
Sendim deja el Festival Intercéltico e inicia las fiestas en honor de su Patrona, Santa Bárbara, una santa a la que se rinde mucha y variada devoción en Portugal. Es el caso de la villa de Sendim, con fiesta en las noches -siempre música cuando caen las tinieblas, sean de los DJs, de orquestas e incluso de fados y ranchos-.
El día posterior al Intercéltico tiene lugar el desfile de la Banda de Música de Bomberos Voluntarios de Sendim quienes, con el estruendo de cohetes y la música por las calles, suben el telón del programa festivo. Quedan perdidas en el aire las músicas de trompetas, bombos, saxos y cajas cuando, como fundidas por el viento recio transmontano, suena una gaita acompañada por la caja y el bombo. Son los pauliteiros.
Los pauliteiros y pauliteiras de Sendim y de Prado-Gatão, las pauliteiras de Malhadas y el rancho de Prado-Gatão, que avanzan por la avenida principal de Sendim para hacer su entrada majestuosa en una repleta plaza que aún vive las reminiscencias célticas del festival. Son las cervezas y los altramuces y los cafés y el agua -sobre todo con gas, la que se llama Pedras, en la terraza del Passareiro y A Gabriela. El Agua Das Pedras Salgadas que proviene de la zona nordeste de Portugal (Vila Real) y que, es también destacable para mí, el eslógan que utiliza la marca en su promoción. Dicen que este agua es ideal para la resaca, pero no es creáis que sólo lo sugieren en algún anuncio, no, es que lo publicitan en muchas partes de su genial web y ¡hasta en las propias botellas!
Como el viajero no tiene resaca, bebe un café y agua, que el calor apreta y son las cuatro de una tarde de domingo. Comienza el Encuentro con las Pauliteiras de Sendim, expertas ya en estas lides de danzas que ceden el paso al grupo folclórico de Prado-Gatão (Miranda do Douro), tras la presentación que corre a cargo del polifacético Davide Brás -orquesta, pauliteiro, animador...-. La vestimenta de estos danzantes es idéntica en una aldeia/freguesía que en otra. Ocho hombres -cuatro con chaleco marrón y cuatro con chaleco negro-, que danzan al ritmo que marcan la gaita, la caja y el bombo. Aunque los nombres de los temas para danzar puedan parecer idénticos, al igual que su danza, siempre existen indentidades propias en la forma de componer los lazos (pasos o partes de la danza), que marcan la diferencia. Diferencia también reconocible en los movimientos de los pies -nada fácil-.
El rancho folclórico de Prado-Gatão permitió un respiro a los danzantes/pauliteiros. Música alegre con danzas tradicionales, marcadas por la alegría y la fuerza en el pateo. Cachis el vestuario...
Suben las Pauliteiras de Malhadas, otra freguesía de Miranda do Douro. A ciencia cierta el viajero no sabe si por falta de hombres/jóvenes o por el ímpetu de las jovencitas. Verdad que danzan y animan y viven sus tradiciones.
Finalmente, los Pauliteiros de Sendim, que hacían de anfitriones. El viajero desea que, de una vez por todas, como apuntó Davide Brás, se vuelve a constituir un grupo fijo, porque si una identidad tiene Sendim, que la diferencia y le da importancia en la cultura tradicional, son los pauliteiros que, incluso, gozan de casa propia.
Poco tiene que escribir ya el viajero de los pauliteiros. Sí conviene recordar que los Pauliteiros son propios de las Terras de Miranda -únicos-, grupos de ocho hombres que danzan lo que en su momento también se llamó 'danza de espadas'. Aunque en sus lazos se pueden identificar diversos elementos guerreros, religiosos y rituales de danza, sin que, hasta la fecha, ninguno haya podido ser identificado como origen.
No es menos cierto que, en nuestros días, los Pauliteiros das Terras de Miranda se han convertido en una de las principales atracciones del nordeste transmontano, llegando, incluso, a identificar a Trás-os-Montes con estas señas de indentidad mirandesas, como también la capa y la gaita de foles.
Sea cual sea el origen, para el viajero las danzas de los pauliteiros es la máxima expresión de la danza tradicional de hombres. Fuerza, vigor, energía, audacia, color, vistosidad y mucha convivencia y hermandad entre los propios pauliteiros.
FOTOS LUIS FALCÃO