El Carnaval revoluciona las calles de Mogadouro
Si una fiesta merece un apartado especial, porque es popular, peculiar y emana del pueblo, esos no son otros que los Carnavales, conocidos como Entrudo en Portugal. El Carnaval, ese desahogo previo a la Cuaresma, con sus carantoñas, disfraces, máscaras, caretas y cualquier forma de disfraz que la imaginación, o el deseo, humana tenga a bien realizar. Con esta descripción llegó el Carnaval/Entrudo de Mogadouro. Que, por cierto, celebraba por primera vez -organizado por la Câmara Municipal, representada en el desfile por su presidente, Francisco Guimarães, acompañado de la vereadora Gina Gomes, y el presidente de la Asamblea, Jorge Martins- este evento después de muchos años perdido desde aquellas trabas de la dictadura. Aunque, como dijo a este viajero un hombre ya de edad, "siempre quedó en el recuerdo".
El motivo que subyace en el inconsciente y consciente es revolver todos los baúles y armarios, todos los rincones de la casa y encontrar el pasado de cada uno. Cuando los Carnavales no se habían disfrazado del mercantilismo actual y convertidos en espectáculo, lo que se hacía era disfrazarse con las ropas viejas propias o ajenas que cada cual encontraba en los baúles cuando emprendía la gran limpieza anual de la casa marcada por la Cuaresma (para los romanos el mes de febrero es el de la limpieza, y los musulmanes también empiezan su Ramadán con la limpieza general).
En todos los Carnavales -Mogadouro también lo ha representado- se da jovialidad y la limpieza general poniéndose trapos que ya no se llevan, y se aprovecha para vivir unos días en unos hábitos que no son los propios y con unas caretas que no corresponden. Es que necesitamos también urgentemente sanear nuestra alma. Cambiar de alma por unos cuantos días para ventilar nuestro espíritu.
Así, las gentes de Mogadouro se han echado a la calle de manera espectacular y concurrida, con casi una decena de carrozas y otros tantos grupos de humor. Amén de los disfraces individuales. Todas las escenificaciones de vida, desde las más rurales hasta las más disparatadas, revolucionaron las calles de la villa en esta jornada de Martes de Carnaval. La fiesta, la hermandad, la amistad entre los vecinos y la participación, a buen seguro, permitirán que este Desfile/Fiesta prosiga en el tiempo. Por parte de la Câmara Muncipal, en palabras del presidente Francisco Guimarães, "no quedará".
Y, de paso, apuntar que cuando el pueblo es el protagonista, el pueblo participa. Todo lo que nace del pueblo, el pueblo lo asume y desarrolla. Lo ageno, lo extraño no es asumido y se ve como un espectáculo más, de los muchos que se ofrecen en estos días. Porque el Carnaval no es una moda. Don Carnal viene de lejos en la historia de la Humanidad.
Frufrúes, tin tines, sedas, cascabeles, collares de risas, chillidos alegres. ¿Quién es? ¡Adelante! Soy yo... ¡Carnaval! La vida es un carnaval ¡Disfrútala! Cachis.
FOTOS LUIS FALCÃO