El Festival Terra Transmontana, que se celebra en Mogadouro, cerró esta tarde noche de domingo su quinta edición. Un evento con el que, durante tres días -viernes, sábado y domingo- los miles de participantes y visitantes han regresado a las raíces de esta Terra Fria. Tres días para reivindicar una cultura ancestral, rica, variada y única de este maravilloso reino de Trás-os-Montes y, dentro del mismo, la vida sufrida, alegre, trabajadora y contumaz de 'La Mujer Transmontana', entorno a la cual se desarrolló este evento.

Música local y de las freguesías -niños, jóvenes y mayores-, grupos de primer nivel portugués, ranchos, concertinas, gaiteros y bombos y cajas, panderetas y cencerros con el inconfundible sonido del Chocalheiro de Bemposta -aunque no sea invierno-, como los simpre inquietos, revoltosos y festivos Velhos de Bruço. Una amalgana de sonidos que explican la rica cultura que envuelve a Trás-os-Montes en estas tierras del Duero/Douro Internacional. Posiblemente, y sin lugar a muchas dudas, sea la región portuguesa con mayor riqueza tradicional, tanto en valores, como conservación, como reivindicación de una tierra y un pueblo y unas gentes, como en la calidad de la misma.

Si a todo este compendio de actividades musicales se une también la música más moderna de grupos como Velha Gaiteira y Colectivo Foice. Uxucalhos y Terra Livre, e incluso el teatro de calle con actores profesionales… dice mucho del ambiente que se ha podido respirar en la zona antigüa de la ciudad, es decir, su esbelto castillo. Por eso, al final, el presidente de la Câmara Municipal de Mogadouro, Francisco Guimarães dio las "gracias, gracias, gracias a todos los participantes".

Pero también gastronomía con un sinfín de tabernas que han ofrecido lo más genuino de los fogones transmontanos -vitela, posta, enchidos, fumeiros, bacalao, feijoada de alto valor en O Bó Amigo, arroz, povo… y, por cierto, esos peces de río y la alheira de chocolate en Tasca da Lala- y el vino de la tierra. Junto a ellos, más de 20 casetas también han contribuido a ofrecer una visión artesanal de la región.

Desfie Etnográfico, punto y final a una edición especial

Todo terminó con el Desfile Etnográfico donde cada uno puso lo que mejor que pudo y quiso… dicen por estos pagos. Pero no es menos cierto que tuvo mucha vistosidad, mucha participación y mucha diversión siempre con 'la mujer transmontana', como punto de partida.

Tras el desfile y la fiesta, mucha fiesta con los grupos de música y las gentes de las aldeas bailando a más no poder, porque también de fiesta y alegría vive el hombre, llegó la hora del jantar. De vuelta a casa, fue la visión de la esencia de Portugal y el mágico horizonte de Trás-os-Montes con sus colores, toboganes y la puesta de sol que anunciaba ya el regreso. Una experiencia única vivir estos acontecimientos ancestrales, festivos y de convivencia -convivio, llaman por aquí- con los paisanos portugues y, de paso, entrar en el gran carrusel de la Fiesta de Portugal, cachis.

REPORTAJE GRÁFICO LUIS FALCÃO