Visitar Mogadouro y sus aldeas es ir siempre al encuentro de rincones subyugantes que hablan de una profunda historia por la que pasaron diversos pueblos y que, entre unos y los otros, hicieron de este territorio bañado por el río Duero -que hace de frontera con la provincia de Salamanca (España)- un lugar que, si bien alejado de las grandes rutas turísticas, entraña emociones, arte, diferencia, autenticidad y, en la mayoría de las ocasiones, un patrimonio edificado, y natural, que aún conserva su autenticidad más rancia. Dispersos por el concejo, los castros, las iglesias con orígenes románicos como Algosinho y Azinhoso, los pelourinhos, y las propias construcciones tradicionales de piedra que se pueden encontrar por las aldeas del concejo, sin duda son marcas identificativas de un patrimonio amplio y extremadamente rico.
Mogadouro, villa señorial
Comienza este vieje en la propia villa de Mogadouro, un poblado antiguo anterior a la fundación del Condado Portugués. Esta ciudad, como todo su concejo, es heredera de una historia antigua, en la que se pueden observar muchos vestigios de la presencia de los pueblos que habitaron desde tiempos prehistóricos. Recorriendo superficialmente su historia, de la que depende todo su vasto patrimonio, tras el paso de los pueblos prerromanos, esta fue ocupada por los romanos, dominada después por los visigodos hasta ser conquistada por los árabes. Con la reconquista cristiana de la Península Ibérica, el Reino de Portugal toma posesión de la región, en tiempos de D. Afonso Henriques, quien entregó después la ciudad a los templarios, sobre 1145.
En 1772, D. Afonso III concedió el primer fuero a Mogadouro, siendo renovado el año siguiente. Más tarde, en 1512, D. Manuel otorgó nuevo fuero. En 1433, la villa de Mogadouro es donada a Álvaro Pires de Távora, pasando a estar desde entonces ligada a la familia de los Távoras, quienes obtuvieron el título de marqueses, con lo que consiguió un influyente papel en la región. Pero solo a partir del siglo XVI Mogadouro tuvo algún hecho de relevancia arquitectónica, cuando los Távoras, tomando el control de la villa y de su fortaleza, comienza el desarrollo de la misma. Es la Fundación de la Santa Casa da Misericordia y su templo, el puente de Valverde y Meirinhos o el puente de Remondes entre Mogadouro y Macedo de Cavaleiros, además de múltiples iglesias y ermitas.