Las autoridades sanitarias de Portugal han informado este jueves de la detección de 4.224 casos de COVID-19 en un solo día, un balance diario que por primera vez se sitúa por encima de los 4.000 positivos y que agudiza la tendencia al alza de los contagios en territorio portugués, donde podrían adoptarse nuevas restricciones en los próximos días.
Según la Dirección General de Salud lusa, ya son 132.616 las personas diagnosticadas desde el inicio de la pandemia, de las cuales 2.428 han perdido la vida, 33 más que en el balance del miércoles. El dato diario de fallecidos es el peor en más de cinco meses.
Solo en la región Norte se han detectado en las últimas 24 horas 2.474 nuevos positivos, más del doble que los 1.102 registrados en Lisboa y Valle del Tajo. Las autoridades de Oporto estudian endurecer las medidas para evitar la expansión del brote ante el creciente aumento de casos.
No en vano, la cifra de casos activos sigue aumentando en todo Portugal y ya supera los 54.000 (54.486), mientras que también crece la presión hospitalaria: hay 1.834 enfermos ingresados, de los cuales 269 están en unidades de cuidados intensivos, según la cadena RTP.
El Gobierno ha reconocido en estos últimos días que los datos no son buenos y todo el país está en estado de calamidad --el segundo nivel más alto en cuanto a medidas de excepción--. El primer ministro, António Costa, ha convocado para el sábado un Consejo de Ministros extraordinario del que se esperan nuevas medidas, si bien antes tiene previsto hablar con otros partidos y con expertos médicos.