Iberdrola, a través de su fundación en España, ha concluido los trabajos de restauración exterior del templo portugués de Nuestra Señora de la Encina, en el municipio de Chaves, con el fin de conservar y poner en valor el patrimonio cultural del norte de Portugal.

Esta actuación se enmarca en el Plan Románico Atlántico, proyecto de colaboración entre diferentes entidades de España y Portugal para la conservación del patrimonio cultural, que incluye la restauración de una veintena de iglesias románicas ubicadas en las provincias españolas de Zamora y Salamanca y en las regiones portuguesas de Porto, Vila-Real y Bragança.

El presidente de la Cámara Municipal de Chaves, Nuno Vaz; el presidente de la Fundación Iberdrola España, Fernando García; la directora regional de Cultura del Norte, Laura Castro, y el párroco de Outeiro Seco, Monseñor José Guerra Banha, han inaugurado esta mañana la primera fase del proyecto de rehabilitación del templo y han presentado la segunda fase de la intervención, correspondiente al conjunto de actuaciones de conservación y restauración del patrimonio integrado en el inmueble, ambas fases supondrán una inversión total de más de 350.000 euros.

Los trabajos de restauración llevados a cabo en los últimos meses por la empresa Reabitarte incluyen la sustitución completa de la cubierta, de gorjas y canalones, la limpieza y tratamiento de la mampostería exterior, así como de los elementos decorativos, la restauración de puertas, vidrieras y barandillas de protección y el drenaje periférico en todo el entorno de la iglesia declarada como Bien de Interés Público (BIP) y propiedad del Estado portugués.

Románico Atlántico, una iniciativa de cooperación transfronteriza



Esta colaboración transfronteriza comenzó en 2010 para acompañar al proyecto hidroeléctrico de Iberdrola en el río Támega, uno de los mayores de estas características realizados en Europa en los últimos 25 años.

Con un presupuesto de 4,5 millones de euros, la finalidad del Plan Románico Atlántico es conservar, restaurar y poner en valor el patrimonio, al mismo tiempo que se sientan las bases de un crecimiento y desarrollo sostenible del territorio, a través de la creación de empleo, la dinamización socioeconómica, la promoción turística y la redistribución de la inversión entre los núcleos rurales en los que se interviene.

Este proyecto intensifica el fuerte compromiso existente entre Iberdrola, Castilla y León -la apuesta de la compañía por las energías limpias comenzó precisamente con la promoción de los Saltos del Duero hace más de 110 años- y Portugal, país donde el grupo tiene importantes proyectos en marcha.