El presidente de la Cámara Municipal de Braganza, Hernâni Dias, acompañado de otros miembros del Ejecutivo y de la presidenta de la Asociación de Comerciantes, recorrió los primeros expositores que acogen la Feria de Artesanía en la plaza Camões con 58 puestos artesanos. Iniciativas, según palabras de Dias, que contribuyen a la "dinamización del tejido económico del territorio, así como a la promoción de sus productos". Eso sí, a la espera de que del 29 de abril al 1 de mayo se celebre la tradicional Feira das Cantarinhas y, sobre todo, el día 1 con la gran feria del año.
El presidente de la Cámara hizo hincapié "en la necesaria presencia de los vecinos españoles que, la pasada Semana Santa, han llenado Braganza". Por eso, dijo, esta Feria también ha de ser "un reclamo para un turismo español que va en aumento". Todo ello gracias a la política de promoción que realiza la autarquía para atraer visitantes.
El Centro Histórico de la Ciudad de Braganza acogerá este viernes a cerca de quinientos feriantes y expositores de todo el País darán a conocer todo tipo de productos, desde lozas y artículos para casa, ropa y calzado, artesanía, gastronomía, productos de la huerta y también tradicionales como navajas y tallas, entre otros muchos.
Visitar Braganza
El cántaro utilizado antiguamente por los campesinos para conservar el agua fresca, se utiliza hoy en día para adornar las casas típicas trasmontanas. Los ancianos suelen decir que los cántaros traen buena suerte a quien los reciba.
Es durante esta feria, del 29 al 1 de mayo, cuando surgen también las primeras cerezas, vendidas en pequeñas ramas, así como distintas variedades de plantas y verduras para sembrar directamente en el surco y que también se muestran en la zona más de artesanía agroalimentaria en la Praça da Sé.
En estos tiempos…
La histórica Feira das Cantarinhas de Braganza de tradicional, más bien, tiene poco. En tiempos, el certamen se realizaba en el centro de la ciudad, en una parte de la Rua dos Combatentes da Grande Guerra. Hoy, transcurre en la zona del Parque do Eixo Atlántico y en los alrededores del Estadio Municipal, siendo impensable el regreso al lugar original, sobre todo por son más de 500 los feriantes que participan en el evento.
La feria se caracteriza por la venta de cantarinhas, que deben ser compradas para regalar a quien bien se quiere. Las cantarinhas tradicional venían de Pinela -concejo de Braganza- donde existe un centro de interpretación de la cerámica. Hoy en día son vendidas por dos artesanas en pequeña cantidad -aunque sigue en aumento el número de puestos dedicado a las cantarinhas, sobre todo en la Praça da Sé-. Este aumento se debe a la aparición en la feria de centenas de cantarinhas industriales de todos los colores, tamaños y gustos. Como también las semillas y las hortalizas de diversos tipos preparadas para ser plantadas, en Rua Combatentes da Grande Guerra e Praça da Sé.
Eso sí, en nuestros días, estos símbolos del pasado aún pueden encontrarse en todo el amplio espacio de mercado, pero ya perdieron su importancia en el contexto global de la feria. Por ello, no estaría de más auspiciar, proteger y revalorizar a estos pequeños artesanos y agricultores que parecen llegados de ‘otro mundo’.
Pero Braganza también es artesanía, cerámica casera y gastronomía. Productos gastronómicos de las aldeas del concejo o los diversos platos típicos que se sirven en los restaurantes de la ciudad. En esta ocasión, el viajero degustó con sus amigos bragantinos, um feijoão trasmontano… un manjar de la cocina más ancestral.