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Región

"La gente tiene la misma confianza en nosotros que en 2015"

4 enero, 2017 23:19

Son sus segundas Navidades al frente del Ayuntamiento de Zamora. El alcalde, Francisco Guarido, se asoma al balcón de su despacho, desde donde hay unas magníficas vistas a la Plaza Mayor, para que podamos fotografiarlo para ilustrar esta entrevista. Minutos antes atendía el teléfono para ultimar con el propietario los detalles de la expropiación de una vivienda ubicada a los pies de la muralla. Desde que asió el bastón de mando aquel sofocante 13 de junio de 2015 su vida discurre entre las alfombras (rojas) del Ayuntamiento y la arena (asfalto) de la ciudad. Tras muchos años en la oposición, ahora tiene la oportunidad de poner en práctica todo aquello que predicó. Y aunque nunca lo esperó, Francisco Guarido es el nuevo, y único alcalde de Izquierda Unida de una capital en toda la piel de toro. Una 'rara avis' que dejó boquiabierta a España entera.

-En Zamora no toca nunca el Gordo, es la provincia que más población pierde y, además, la capital elige a un alcalde de Izquierda Unida. ¿Es Zamora una ciudad especial?

-En ese sentido, sí, elegir a un alcalde de IU sí es una gran novedad, algún mérito también tendríamos en el trabajo de oposición para que se dieran los resultados que se dieron, sobrepasando cualquier expectativa que podíamos tener nosotros. Sabíamos que podíamos crecer, pero fue algo inesperado. Ahora mismo, la situación se ve bien; al principio, en la calle generó una gran expectación, y había personas que pensaban que íbamos a cambiarlo todo, incluso nos preguntaban si íbamos a acabar con la Semana Santa. Ahora se ha estabilizado, y yo creo que la opinión es positiva sobre el equipo de gobierno. Ese ramalazo de preguntas excéntricas también se ha terminado, por suerte, porque nosotros somos gente sencilla, normal, muy razonable, que pensamos cambiar las cosas pero poco a poco, sin grandes estridencias.

había personas que nos preguntaban si íbamos a acabar con la Semana Santa

-Precisamente ya ha pasado la primera Semana Santa, la primera festividad de la Concha… que la Virgen no pudiera entrar en el salón de plenos sí molestó mucho a una parte amplia de la sociedad…

-Yo creo que más bien molestó a un pequeño sector anclado excesivamente en las tradiciones que mezclaban lo político y lo religioso. Cuando el obispo dijo, respecto al juramento del silencio, que le parecía bien mi decisión, se acabaron totalmente los problemas y las suspicacias. Posteriormente cuando se dijo que era mejor llevar a la Virgen a una iglesia y no al salón de plenos del Ayuntamiento, también fue un sector muy minoritario, pero eso está superado. Sólo hay comentarios la primera vez. Luego en el fondo, incluso esos sectores minoritarios entienden que es mejor separar estas cosas, porque queda mejor la Iglesia y también el ámbito político.

-¿Ha habido un cambio de ideología en Zamora?

-Lo que ha ocurrido no es un cambio de ideología. Evidentemente yo creo que la sociedad zamorana es conservadora, que no se caracteriza por los radicalismos a ambos lados, pero que en esta ocasión vio que las cosas se podían hacer de otra manera. Porque el no despilfarrar dinero no tiene ideología, hay personas de derechas que pueden querer simplemente que las cosas se hagan bien, sin despilfarros, con austeridad, con transparencia… este tipo de cosas son las que a nosotros nos han llevado a la cumbre. Y no por eso vamos a decir que la gente sea de extrema izquierda por pensar así. Simplemente ganó el sentido de la razón, de la honestidad, el querer hacer las cosas de otra manera. Pero eso está bien, que la gente sea capaz de pensar en estas cosas sencillas, y ser capaz de cambiar a personas que llevaba 20 años aquí haciendo una política oscurantista o muy despilfarradora.

-¿Personas afines al PP que votaron a Izquierda Unida?

-Estoy convencido. El 30% tuvo que salir de algún sitio... Creo que ha habido personas de todo tipo que nos ha votado, un voto de eso que ahora se llama transversal, de gente mayor, gente joven, gente de izquierdas que nos han seguido votando, de centro y de derechas. Y lo que se pretendía era que las cosas se hicieran de esa manera que nosotros habíamos predicado en la oposición.

-Hacer oposición, ¿ha sido una vía de aprendizaje para gobernar?

-Es una vía de aprendizaje, sí. Miguel Ángel Viñas y Laura Rivera, o yo mismo, llevábamos mucho tiempo siendo concejales de oposición, yo el que más. Eso te da un conocimiento de lo que es el Ayuntamiento, de cómo funcionan los servicios, de qué problemas reales había, y da cierta ventaja para poder gobernar. Nosotros sabíamos que esto era un completo desastre, que la máquina del Ayuntamiento estaba completamente oxidada y llena de telarañas, que no se movía desde hacía muchos años, y que aquí se había gastado con locura en cierto momento -que no fue precisamente el final de Rosa Valdeón, sino de Antonio Vázquez-. Después, el asunto se contuvo más, pero en los últimos cuatro años todo estaba paralizado, y nos ha costado muchísimo poder arrancar esta maquinaria que es como un gigante que cuesta mucho trabajo mover. Poco a poco lo estamos haciendo, y creo que estamos haciendo las cosas bien. ¿Qué se podría hacer más rápido? Pues sí, pero lo importante es que van saliendo las cosas en beneficio de la ciudad.

-Y ahora, ¿ya está desengrasada la máquina municipal?

-Muchísimo. Estamos sacando todos los contratos que estaban caducados: salió el de la piscina, que se componía de dos contratos, más el del Tránsito, y que llevaban ocho años caducados. Iba a salir el de la ORA -12 años anulado- y la grúa -9 años caducado-, pero por las chinitas y los palos en la rueda que nos ha puesto el Partido Popular en este contrato no ha sido posible, y eso nos va a retrasar unos meses y nos va a encarecer el servicio 400.000 euros al año. Esa es la oposición que hace el PP: fastidiar todo lo que puede, yo lo resumiría en esa frase. En cuanto a las inversiones, estamos adjudicando las inversiones sostenibles, el asfaltado mayor que se va a hacer en los últimos años, el carril bici, la pista del Ángel Nieto, los caminos rurales, las expropiaciones de la muralla…

Esa es la oposición que hace el PP: fastidiar todo lo que puede

-Con tanto ajetreo, ¿ha habido vacaciones para el alcalde? ¿Es una ocupación estresante?

-En el año y medio que llevamos yo he cogido un día de vacaciones, y fue el primer verano. No me arrepiento, podía haber cogido más, pero no quiero porque tengo que venir todos los días, hay que trabajar, hay muchísimas cosas que hacer, e igual que yo también la gente que trabaja en Alcaldía ha disfrutado menos vacaciones que las que les corresponde. Es muy estresante. Muy estresante. Venir todos los días, y empezar a llamar a funcionarios, dar instrucciones… es un Ayuntamiento donde hay muchos compartimentos estancos, no hay una jerarquía administrativa que en otras administraciones sí existe, entonces yo tengo que encargarme de las coordinaciones de muchas cosas. Por ejemplo, he estado al frente de las expropiaciones de la muralla, me han ayudado obviamente mucho desde el servicio de Urbanismo, y yo creo que nos ha salido bastante bien. Empezaremos a principio de año bastante rápido con los derribos.

he estado al frente de las expropiaciones de la muralla

-Se sorprenderán los propietarios cuando el alcalde les llama personalmente para negociar la expropiación de su casa, ¿no?

-Yo soy uno más, no me dedico a la pose, a la foto, y a ir dando la mano, sino a trabajar, porque es lo que me gusta, lo que sé hacer, y creo que un alcalde tiene que estar más en la posición del día a día que no el de la pose para que me retraten y salga en un periódico.

-¿Por qué quería ser alcalde?

-Nunca lo esperé, nunca pensé en la posibilidad real, pero aquí estoy. ¿Por qué? Yo he estado al frente del grupo municipal de IU desde 1999, y aunque nunca lo pretendíamos porque sabíamos que somos un grupo minoritario, somos un grupo ideológico, organizado, un grupo que quiere cambiar la ciudad, España y el mundo. Las cosas salieron electoralmente bien desde entonces en todas las elecciones, íbamos ganando posiciones y concejales, y los compañeros me insistía para que siguiera yo. El número uno de las candidaturas obligatoriamente por ley tiene que ser candidato a alcalde. Nunca esperé estar aquí, nunca quise en el sentido práctico de la palabra ser alcalde porque me parecía imposible, pero de repente todo se dio la vuelta, todo cambió, la gente dijo “estamos cansados de lo que hay y queremos algo nuevo”, y aquí estoy yo. Nunca luché por estar en este despacho, luché por estar en el pleno del Ayuntamiento que me parecía que era lo razonable para un grupo como IU.

nunca pensé en la posibilidad real de ser alcalde, pero aquí estoy

-¿Qué le dicen sus compañeros de IU de otros lugares de España?

-Están todos encantados. Cuando voy a alguna reunión, que procuro ir a las menos posibles porque esto me absorbe completamente, todo el mundo pregunta qué ha pasado en Zamora. Se conjugaron muchos factores: el gran trabajo que habíamos hecho en la oposición, el hartazgo de la gente con lo que había, que luego hemos tenido que arreglar, la pésima campaña que hizo el PP focalizando desde el inicio en mí la oposición a ellos, que a nosotros nos dio un realce inesperado, porque ellos mismos nos identificaron como el enemigo a batir. Se preparó un buen cóctel y aquí estamos. Lo que más me ha sorprendido es que yo haya tenido que dedicarme a cerrar cuestiones o arreglar otras propias del PP, como el cierre total de la Sociedad de Turismo, que nosotros votamos en contra de crearla, porque nos parecía un despilfarro. Firmar el cheque de 625.000 euros a UFC por el edificio municipal, me parece como el mundo al revés… Y el otro tema es el de Roales, que desde hace un año ha empezado a pagar la deuda acumulada de más de 4 millones desde 2004. Son cosas que vienen enquistadas, en concreto de tiempos de Antonio Vázquez. ¿Cómo es posible que dos alcaldes del PP durante tanto tiempo no se pusieran de acuerdo para que uno le pagara al otro el servicio que le prestaba? Es increíble. Han tenido que llegar una alcaldesa de Adeiza y uno de IU para ponerse de acuerdo.

Lo que más me ha sorprendido es que yo haya tenido que dedicarme a cerrar cuestiones o arreglar otras propias del PP

-Otro asunto que estado años en los tribunales es la denuncia ante la UE del asunto de Valorio, que se resolvió poco antes de que usted fuera elegido alcalde. ¿Se arrepiente de haber formulado aquella denuncia?

-El dinero que se iba a dar por aquella financiación, que había adelantado el Ayuntamiento, no retornó de Europa. Pero es que aquel asunto de los conejos que todo Zamora recuerda fue una tomadura de pelo tal para los zamoranos, que va a quedar para la historia. No me arrepiento, cuando las cosas se hacen mal, la obligación de la oposición es denunciarlo. Que no es el mismo caso que el contrato de la ORA.

-¿Cómo es la relación con Ciudadanos y los concejales no adscritos? ¿Algún momento pensó que pudiera ser tan ‘fácil’ la legislatura?

-Hay buen entendimiento, y en principio relación cordial con todos. Y también relación política. El pacto que hemos firmado con C’s y no adscritos, que afecta en lo económico durante todo el 2017, yo creo que le da estabilidad al gobierno y beneficios a la ciudad. Las aportaciones que han hecho y que hemos aceptados al final van a redundar en más inversiones para Zamora. Lo que sí parece imposible es el entendimiento con el PP, porque quien está al frente del grupo tiene unas formas y un fondo muy distintas a cuando nosotros estábamos en la oposición. Con descalificaciones permanentes especialmente hacia mí. Cuando nosotros hablábamos desde la oposición, teníamos una actitud de guante blanco, otra cosa es que el fondo podía ser duro, pero no nos enfadábamos nunca con nadie, como parece que está permanentemente la portavoz del PP, y en el fondo ellos tienen la estrategia de decir no a todo lo que diga el equipo de gobierno. Pero yo creo que esto se va a volver en su contra. Y le recuerdo que en 2007 el primer pacto que hizo el PP cuando estaba en minoría fue con IU para desbloquear la obra del centro de adultos y la biblioteca municipal. Lo que pasa es que luego nos engañó, pedimos ciertas cosas sobre ese centro que luego no se tramitaron, y dijimos “una y no más”, porque tomaduras de pelo en los pactos, ninguna. Pero nosotros sí estábamos abiertos a pactar con las opciones del otro extremo cuando alguien está en minoría, y eso es la política. Este grupo popular no lo ha entendido, solo conoce la estrategia del revanchismo, “hay que quitar a estos como sea, al equipo de gobierno ni agua”. Pero esa estrategia no es la que quieren los zamoranos.

Lo que sí parece imposible es el entendimiento con el PP

-¿Cree que volvería a ser elegido si en este momento se celebraran elecciones?

-La gente en la calle tiene la misma confianza en estos momentos en este equipo de gobierno que en mayo de 2015. No vemos que nadie haya perdido la ilusión, pero es verdad que nos exigen resultados, y esos resultados los tenemos que empezar a dar ya. En forma, por un lado, de inversiones, que lo vamos a hacer durante todo 2017, que va a ser un año muy especial en las inversiones, y también resultados políticos distintos, otras cosas, como lo que hemos hecho con la Ley de la Memoria Histórica. Hay gran parte de la sociedad que, sin ser de un sector extremista, por así decirlo, sí entiende que la ley hay que cumplirla, y que hay que hacer algo con los más de 40 funcionarios que fueron depurados en el año 36, y algunos de ellos fusilados. Al final, esa gente era de Zamora, y las familias viven aquí, y son familias extensas y los conocen, a los abuelos, a los bisabuelos…  rehabilitar la memoria de esta gente y que se diga que aquello fue un golpe de estado injusto y que pagaron por ser buenos empleados públicos, nos lo pide la inmensa mayoría de la sociedad, incluso gente de derechas, que ve bien que esto se haga así, porque son gente tolerante, abierta y que cree que hay que recuperar la memoria de estas personas.

No vemos que nadie haya perdido la ilusión, pero es verdad que nos exigen resultados

-Tras la puesta en marcha de la maquinaria, ¿a partir de ahora cabe esperar una gran transformación de la ciudad?

-2017 tiene que ser el año en el que se vean resultados, y 2018 y 2019. Si en 2016 la obra especial fue el Banco de España, en 2017 la gran obra tiene que ser el centro de adultos y el matadero, y la gran obra siguiente tiene que ser el Centro Cívico, cofinanciado por la Junta de Castilla y León, que pone el 70%. Hemos accedido a aportar el 30%, aunque éramos remisos, porque al final el cien por cien de los espacios quedan para el Ayuntamiento. Los sótanos nos quedan para almacenes, sobre todo de obras, idóneos en un lugar céntrico, ya que ahora están en la carretera de Villalpando. Ellos mismos descartaron ubicar allí el Conservatorio, que veríamos muy bien que se hiciera en el teatro que la Junta tiene al lado, junto con otras instalaciones del CEI. Al agujero había que darle una solución urbanística.

en 2017 la gran obra tiene que ser el centro de adultos y el matadero

-¿Cómo es la relación con las demás instituciones? ¿Se ha suavizado cualquier posible tirantez inicial con la Diputación?

-Nunca ha habido tirantez, es una relación que yo diría normalizada. Tenemos el convenio del Tránsito, también se ha arreglado el transporte de agua a los pueblos -que ya se tenía que haber hecho hace años-, no se ha querido hacer una gestión conjunta de los dos teatros, pero eso ya es una opción legítima para ellos y también para nosotros. Nos parecía que la gestión conjunta hubiera sido más rentable y más coordinada, pero yo entiendo que cada uno tiene su posición. La relación es buena, también con la Junta, y con el Estado también, pero del Estado esperamos que el subdelegado cumpla su compromiso público de arreglar las aceras de Cardenal Cisneros, que empezó a hacerlo antes de las elecciones y luego lo abandonó. Espero que eso se retome.

La relación con la Diputación es una relación que yo diría normalizada

-Zamora pierde nuevamente habitantes, más de 600 en un año. ¿Puede hacer algo el Ayuntamiento para frenar la sangría poblacional?

-Hemos perdido el 1% en un año, es una tragedia, pero pierden todos los pueblos, toda Castilla y León, la periferia pierde. Los ayuntamientos podemos hacer, sin duda, ampliando servicios, dando mejores condiciones, pero en realidad quien puede hacer por fijar población es el Estado. No se puede pedir a los ayuntamientos, ni siquiera a las diputaciones, que hagan más de lo que están haciendo. Al final, la pérdida de población entronca con todos los pactos que se han hecho a nivel europeo para limitar los cupos de la leche, del vino, que se negocian en Bruselas, y quien tiene que hacerlo es el Estado. Nosotros poco podemos hacer. Esto ya es una cuestión de pura ecología humana. Que esté poblada Zamora, Aliste, Sayago, Sanabria, para conservar también el medio ambiente, sino se nos va a quemar toda la provincia por abandono de los campos.