Pingüinos, lugar de encuentro para moteros de todo el mundo
Comienza el año y con él, de nuevo, Pingüinos vuelve a encender los motores y colocar las tiendas de acampada alrededor del crepitar de la leña que arde sin descanso. Si por algo se caracteriza esta concentración motorista invernal es por la camaradería que se respira por los cuatro costados.
Moteros llegados de todas partes del mundo y de España que se juntan en Valladolid para departir sobre sus vidas y ponerse al día, ya que en la parcela de la antigua hípica se vivirá el reencuentro de muchos motoristas separados por miles de kilómetros.
Si el lema de este año es ‘¡El reto!’, este motorista llegado desde Canadá lo ha cumplido con creces. Porque ese reto es el que cada motero se marque, llegue desde donde llegue y se proponga lo que se proponga. Pero también hay desafíos humanitarios, como la recogida de alimentos que se llevará a cabo durante esta edición.
O retos como el de Silvino, un motorista orensano, que lleva viniendo a Pingüinos unos "doce o trece años" y que ya había plantado su tienda de campaña a la espera del resto de compañeros. Perteneciente al Motoclub Ásperos, ve en concentraciones como esta una oportunidad para reencontrarse con los suyos.
Ha recorrido 250 kilómetros desde Orense para poder estar en Valladolid, y con él se ha traído una paella o incluso una pata de jamón que ya tiene colgada en un pino, pidiendo un cuchillo que comience a disfrutarla.
“Aquí venimos a pasarlo bien con los compañeros, a reunirte con gente que no ves en todo el año”, reconoce Silvino, quien cree que estas concentraciones como Pingüinos son una “excusa” para afianzar lazos.
Lazos que también se generarán por primera vez en torno a unos buenos troncos de leña y unos buenos caldos para pasar el frío típico de estas fechas en Valladolid.