La mejor cerámica internacional, en la Casa Revilla
La sala de exposiciones de la Casa Revilla muestra las obras ganadoras del XXI Concurso de Cerámica Ciudad de Valladolid, con 22 piezas procedentes de artistas de Alemania, Bélgica, Italia, Hungría, República Checa, Argentina, Uruguay y Egipto. Son las creaciones escultóricas más vanguardistas a nivel internacional.
Veintiuna ediciones acumula el Concurso de Cerámica “Ciudad de Valladolid”, promovido por la Fundación Municipal de Cultura, y organizado por la Asociación de Ceramistas de Valladolid (ACEVA). Durante todo este tiempo, la cultura ceramista en nuestro entorno se ha visto enriquecida de forma exponencial y, ahora, bien puede aseverarse que nuestra ciudad y su público tienen un criterio sólidamente formado y una sensibilidad firmemente fundamentada en torno a la actividad de los maestros del arte de la cerámica en nuestro país.
Tanto el “Concurso” como el “Encuentro Internacional” convocado por la ACEVA, han demostrado ser un reclamo eficaz para que la mirada y el interés de los ceramistas profesionales de todo el país e igualmente los aficionados a este arte se concentren en nuestra ciudad y la tengan por un auténtico referente en este ámbito.
Muchas de ellas han llegado desde fuera de nuestras fronteras. En la edición actual casi la mitad de las obras que han llegado desde fuera de nuestras fronteras, de países como Israel, Argentina, Italia, o Bélgica, además de otras procedentes de muchas partes de España En total, son ceramistas de países distintos los que han presentado obra a esta edición del concurso...
El Ayuntamiento de Valladolid, promotor del certamen, lleva años apostando firmemente por este Concurso y se siente orgulloso del éxito alcanzado, tanto en grado de participación como en categoría y prestigio de las obras presentadas, como se ha demostrado sobradamente en esta edición, en la que escultores nacionales y extranjeros han dejado patente que trabajar cerámica, además de un oficio, es también un arte.
El arte de los maestros ceramistas cuya sensibilidad, hecha materia –materia hermosa y noble– ponen hoy ante nuestra mirada siempre curiosa e inquieta. Sin duda, ¡una bendición para los sentidos!”.