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Región

Un trocito de la historia de Valladolid, en peligro

13 febrero, 2017 14:06

¿Quién no se ha tomado alguna vez un café en el que es uno de los locales más emblemáticos de la capital del Pisuerga, punto de venta anticipada de entradas de conciertos que se celebran en Valladolid, ubicado en el corazón de la ciudad y que conserva una fachada desgastada que le da aún más importancia como es el Café Bar La Luna?

Este establecimiento, que comenzó llamándose allá por el año 1936 Taberna El Segoviano, podría tener sus días contados de concretarse el permiso que recibió el visto bueno del Consistorio el pasado 23 de noviembre, en la reunión del ejecutivo local. Esto supondría el derribo del edificio y, a su vez, se acabaría con uno de los vestigios históricos más importantes de la capital castellano y leonesa.

Ni declaración de ruina ni protección

Arturo Huertes, gerente del Bar La Luna.

“Nos enteramos de que en un pleno del Ayuntamiento se había aprobado el derribo de este edificio después de que la empresa propietaria hubiera solicitado una licencia para acabar con el inmueble y construir viviendas”, asegura Arturo Huertes García, propietario en la actualidad del Café Bar La Luna, ubicado en la Plaza de Cruz Verde entre las calles Mantería y José María Lacort.

Todo después de que el pasado 23 de noviembre la Junta de Gobierno del Ayuntamiento concediera la licencia de demolición a los propietarios del edificio dando luz verde al derribo de la actual estructura para construir un inmueble en el que se pretende abrir un complejo de nueve viviendas más varios locales.

Sobre esta estructura no pesa expediente de ruina por parte del Consistorio pero tampoco ningún grado de protección de su estructura en el Plan de Ordenación Urbana.  Esta situación para el regente del establecimiento es “algo inexplicable” por ser el “más antiguo de la zona”, un hecho que facilita la operación.

El Bar Marbella e Ibiza Piel, también en la cuerda floja

El derribo de este edificio emblemático afectaría además a otros dos locales situados en Mantería como son el Café Bar Marbella e Ibiza Piel. Como asegura Huertes “han acometido reformas importantes pensando en el futuro” y que como en su caso cuentan “con unos trabajadores” que de confirmarse los peores augurios podrían quedarse en la calle.

“La noticia nos ha pillado con el pie cambiado a los tres propietarios. Estamos pensando en hacer una defensa conjunta”, y es que los tres inquilinos que se alojan en sus ubicaciones desde hace más de 30 años cuentan con un contrato de alquiler en vigor en la actualidad por lo que “quieren hacer valer sus derechos para retrasar la acción o recibir una compensación económica” en caso de concretarse el derribo.

“En el caso del Café Bar La Luna hay más de un siglo de vida. A veces es difícil conjugar la rentabilidad económica con la historia, con la nostalgia de la gente, pero vamos a luchar por ello”, asevera el propietario de uno de los emblemas de la ciudad.

En busca de una reunión

Desde los tres establecimientos están pendientes de cerrar una reunión con el Consistorio para, primero, saber cuál es “su papel en el conflicto” y, después, “comenzar a actuar y emprender acciones legales”.

“Estamos a la espera hasta que se nos convoque para una reunión. Para nosotros es muy importante que nos reciba el Ayuntamiento. Queremos creer que es una cosa de los propietarios del edificio, que han hecho cuentas y quieren hacer negocio, lo que es respetable”, sigue defendiendo el máximo responsable del Bar La Luna.

Arturo Huertes García, regente de uno de los puntos de reunión de jóvenes y no tan jóvenes más importantes de la ciudad desde 1983 apela a la palabra y a ese encuentro con el Ayuntamiento para “actuar” en busca de la salvación de este local que impulsa la cultura con exposiciones variadas en su interior.

El Ayuntamiento cumple la ley

Desde el Consistorio vallisoletano, el Concejal de Urbanismo, Manuel Saravia ha asegurado que “el propietario del edificio presentó el proyecto de demolición” y “si no hay razón que justifique que no se le puede dar esta concesión, hay que hacerlo” siendo además “obligatoria por ley la concesión de esta licencia”.

Saravia ha achacado a la falta de tiempo y a una agenda apretada la no reunión con los propietarios de los tres establecimientos afectados afirmando “tener muchas peticiones que se van atendiendo por orden de llegada”.

El teniente de alcalde ha asegurado que en el momento en el que a la empresa le haya llegado la licencia “tiene un plazo para ejecutarla de seis meses” por lo que el derrumbe del edificio podría comenzar en las próximas fechas.

Apoyo por parte de los clientes

Si algo no les va a faltar a estos tres locales vetustos en pleno corazón de Valladolid, en unos próximos meses que se antojan sumamente complicados, va a ser el apoyo de una clientela fiel que ya ha “mostrado su solidaridad” y que opina que “es una pena que desaparezca un bar que ha sido un punto de referencia como otros muchos”.

El regente del Bar La Luna recuerda con nostalgia el “conglomerado de establecimientos” existente hace 34 años, con emblemas como “El Cafetín, El Farolito o El Minotauro” en una época en la que como apuntilla “el alcalde Tomás Rodríguez Bolaños daba vida a los bares”.

Los más fieles han expresado “interés y pena” por una noticia que se ha conocido “de golpe” y que puede dejar una de las plazas míticas de la ciudad, como es Cruz Verde, sin uno de sus edificios más emblemáticos y queridos que forman parte de la historia de la capital del Pisuerga.