La Matanza de Guijuelo cierra con la defensa de la tradición
La defensa de la tradición de la matanza se ha convertido esta mañana en el eje sobre el que ha gravitado la última sesión de las XXXII Jornadas de la Matanza Típica en la que se ha ocultado al público el sacrificio del marrano tras un cortinaje instalado en la Plaza de Castilla y León para la ocasión.
“Puede resultar algo extraño y hasta ridículo”, apuntaba el alcalde de Guijuelo, Francisco Julián Ramos Manzano en relación al hecho de no sacrificar al cerdo en público destacando que eso no restará valor a una celebración de más de tres décadas. “Guijuelo es lo que es gracias al sacrificio del cerdo. Una muerte que ha servido para dar mucha vida a la localidad y para que tenga un futuro”, apuntaba el primer edil quien recalcaba que “aquí se sacrifican 15.000 cerdos diarios, para comer”.
“No van a enseñarnos a nosotros lo que es cuidar una tradición. De ahí que las Jornadas de la Matanza Típica no solo van a seguir vivas sino que ya se está trabajando para que la próxima edición tenga más fuerza y se convierta en algo más grande, año a año”, apuntaba.
En esa misma línea, el matador de toros, Miguel Ángel Perera, que hoy era nombrado Matancero de Honor comparaba las críticas al sacrificio del cerdo con los movimientos antitaurinos y conseguía los aplausos del ‘respetable’ al instar a los presentes a “movilizarse”.
“Igual que ellos se han movilizado nosotros tenemos que hacerlo para defender nuestras tradiciones”, animaba tras reconocer que como extremeño que es sentía la matanza “como algo muy propio” por haberlo vivido en familia” y calificaba el ser nombrado Matancero de Honor como “algo muy especial”, por la vinculación que más allá del toreo tenía con la Villa. “Muchos de los cerdos, de los que salen estos jamones, proceden de mi tierra, incluso algunos de la explotación ganadera de mi familia”, revelaba.
La matanza, que en esta ocasión contó con el beneplácito climatológico otorgado por un sol espectacular y que hacía que el público se multiplicase, contaba además con el colorido que daba la presencia de más de medio centenar de cofrades de distintas agrupaciones gastronómicas de España y Portugal. Con ellas como telón de fondo se materializaba el compromiso de Guijuelo con la localidad leonesa de Bembibre para ahondar en el hermanamiento que el pasado fin de semana comenzaba en el XLV Festival Nacional de Exaltación del Botillo.
El alcalde de la localidad leonesa, José Manuel Otero agradecía el nombramiento de Matancero de Honor y destacaba la importancia de que “dos localidades en las que los productos del cerdo son básicos trabajen de forma conjunta en su promoción”. “Es la primera vez que Guijuelo hace un hermanamiento de este tipo”, añadía el primer edil guijuelense quien señaló que en fechas próximas se iniciarán los trámites para que el Pleno municipal apruebe esa unión. “Nos convertiremos en embajadores del Bierzo, y ellos en embajadores de Guijuelo”, añadía mientras le entregaba una réplica en bronce de la fachada de la nueva Casa Consistorial.
Tras la ceremonia de imposición de blusones, boinas y medallas a los Matanceros de Honor y las palabras del actor, Pepe Ruiz; del presentador televisivo, Manuel Giménez, y del periodista, Sergio Martín Herrera, quienes destacaron la necesidad de mantener las tradiciones y defender algo tan propio como “la matanza”, Jesús Merino adelantó que estos dos últimos serán nombrados el próximo año ‘Mondongueros’ y dio paso al ritual que en esta ocasión contó con la novedad de mantener oculto al cerdo durante el sacrificio. Después, los expertos matarifes procedieron al tradicional chamuscado y raspado del animal para proceder a su despiece. Mientras, las Águedas repartieron perrunillas y aguardiente, primero y después, las sabrosas chichas que ponían el punto y final a una nueva edición de esta Fiesta de Interés Turístico Regional.