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Región

Valladolid se viste de gala para homenajear al deporte nacional

7 marzo, 2017 12:03

Valladolid, tú eres deporte. No podía haber mejor frase para definir lo que la capital del Pisuerga es para este mundo como ha quedado patente en la tarde de hoy en la 37ª Edición de la Gala Nacional del Deporte, en un evento que ha estado organizado por la Asociación de la Prensa Deportiva de Valladolid (APDV) y la Asociación de la Prensa Deportiva de Valladolid (APDV).

Los mejores deportistas españoles han pasado por un Teatro Calderón (y sus alrededores) que se han convertido en una auténtica pasarela por la que ha desfilado lo más granado del deporte español con nombres como la nadadora Mireia Belmonte, los piragüistas Saúl Craviotto o la halterófila Lydia Valentín.

Baño de masas en el photocall

Por la alfombra roja y el photocall, que hacía recordar haciendo un guiño cinéfilo a la Semana  Internacional del cine de Valladolid, más conocida como Seminci, han pasado desde el ex seleccionador nacional, Vicente del Bosque, hasta el que le sustituyó en el cargo, Julen Lopetegui, el equipo de gimnasia rítmica, que se hizo con la medalla de plata en los juegos de Río de Janeiro y tanto nos hizo vibrar con su actuación y muchos deportistas más que se han dado un auténtico baño de masas ante un público rendido.

La halterófila berciana, Lydia Valentín, ha destacado a su llegada al Teatro Calderón el buen momento que atraviesa el deporte femenino, notablemente reconocido en el día de hoy y ha asegurado que “las chicas quieren tener la misma cobertura que tienen los chicos” por el hecho de que “sus medallas tienen el mismo valor”.

La nadadora Mireia Belmonte, que consiguió una medalla de oro, una de bronce y un diploma en los últimos Juegos Olímpicos, se marca como reto este año “el Mundial” y ha asegurado que esta temporada busca “seguir mejorando y trabajar para ser cada día mejor”.

El último que ha pasado por los micrófonos de los innumerables medios de comunicación que se han desplazado hasta las puertas del Teatro Calderón ha sido el piragüista y medallista de oro Saúl Craviotto que ha asegurado que “es un día bonito” para él  y que “le sirve de motivación para  seguir peleando y luchando día a día”.

Una gala de nivel

El evento ha estado dirigido por Jesús Álvarez y Estefanía Rey y además de la tradicional entrega de premios ha tenido un poco de todo con magia que ha dejado boquiabiertos a todos los asistentes a la gala, música, con los Celtas Cortos poniendo la melodía de una noche agradable en Valladolid e incluso representaciones para poner de relieve el deporte de la ciudad.

El alcalde de la capital del Pisuerga, Óscar Puente, ha tomado también la palabra para afirmar que la ciudad de la que es alcalde “respira deporte por los cuatro costados” y ha aseverado además que esta gala es “una oportunidad” porque proyecta a la ciudad “como sede para el desarrollo de eventos deportivos”.

En consonancia, Jesús Julio Carnero, presidente de la Diputación de Valladolid, ha animado a visitar Valladolid y ha querido destacar la labor tanto de los deportistas como de la prensa deportiva por “están educando constantemente a los más jóvenes” hecho que es “un privilegio y un orgullo”.

Galardonados

Por el escenario del Calderón han ido pasando, desde la Selección Femenina de Hockey, hasta las de baloncesto, desde un Roberto Carlos sonriente y tan espontáneo como siempre, hasta los anteriormente citados Saúl Craviotto, Lydia Valentín o Mireia Belmonte, sin duda, las estrellas de la noche.

Sin embargo dos han sido los momentos claves de la ceremonia. El primero, con Vicente del Bosque como protagonista y con una cerrada ovación de cerca de un minuto, y el segundo, la presencia de los jugadores del VRAC y El Salvador recogiendo un merecido premio con la final copera en un José Zorrilla a reventar todavía en el recuerdo de todos.

Una gala de quilates que ha servido para convertir Valladolid en la capital del deporte por unas horas y para galardonar a esos deportistas que tantas sensaciones nos transmiten cuando les vemos competir, bien sentados en el sofá, bien en cualquier instalación deportiva, desde el momento en el que se ponen el mono de trabajo.