El ya candidato a presidir el PP de Castilla y León Alfonso Fernández Mañueco se dio un pequeño baño de populares salmantinos en su presentación de la candidatura ante los medios de comunicación locales, "para continuar con la magnífica labor desarrollada por Juan Vicente Herrera". Mañueco, que venía de 'soportar' otro largo Pleno en el Ayuntamiento de Salamanca -del que anuncia que seguirá como alcalde en el caso de ser elegido-, presentaba algún signo de cansancio.

Ante los suyos, los que estuvieron presentes en el acto, simple pero con carga política, Mañueco -gran conocedor de los entresijos de los 'aparatos'- fue contundente en su ánimo de victoria. "Sé que voy a ganar, sé que cuento con los apoyos de afiliados de todo Castilla y León", afirmó con contundencia, al momento que comenzaban los aplausos, fuertes y prolongados.

Bebe un sorbo de agua. De las pocas ocasiones en que se le ha visto refrescar la garganta en su comparencia ante los periodistas. Y sigue su explicación de motivos para presentarse a este 'nuevo' proceso que vive el PP de Castilla y León. Quizás sea el primer experimento en las filas populares. Quizás no se llegue a la confrontación que viven los adversarios políticos de la formación de enfrente... Pero del mismo, Génova aprenderá. A esperar que no sea tarde.

Todos. Todos los cargos públicos populares de Salamanca estaban allí. Todos querían ser vistos. Todos los que pudieron -algunos y algunas tenían otras responsabilidades-. Otros que un día fueron todo, cachis, se supone que no fueron invitados o prefirieron estar anónimos... Cosas de la política, estaba Fernando Fernández de Trocóniz. Pero sí. José Antonio Bernúdez de Castro -que se sienta a la diestra de Maíllo en el Congreso-, Gonzalo Robles, el presidente provincial, Javier Iglesias -otro cargo que está en cuestión en el nuevo Congreso Provincial-, María Jesús Moro, Esther del Brío, De Arriba... Salva Cruz, que también estaba -no deja de ser el secretario provincial de Organización-. Estaban alcaldes y diputados... Concejales y Fernando Rodríguez, y Nuevas Generaciones -de los cuatro agradecimientos que hizo el candidato-. Pero también su mujer Fina Martín, y su sobrino y sus suegros.

Fernández Mañueco se crecía según iba desgranando su discurso. Del primer momento, en el que se le vio algo 'distinto' al político que también conocemos, fue in crescendo con los aplausos cerrados de los populares salmantinos. Respondió a todas las preguntas de los periodistas. Unas con más contundencia y convencimiento que otras, pero a todas. No negó ni escabulló ninguna. Ni a esa en la que fue preguntado si se había planteado perder y, ahí, fue cuando espetó "sé que voy a ganar con claridad". Y también fue cuando más fuertes llegaron los aplausos.

Sea como fuere, el alcalde Alfonso Fernández Mañueco entra en otra fase de su dilatada vida política -él mismo recordó que entró cuando Manuel Fraga era el presidente nacional-. Una nueva etapa llena de incertidumbre porque, como bien dijo Mariano Rajoy -con el que dijo Mañueco que había hablado- respecto a los referéndum, "las urnas, como las escopetas, las carga el diablo".

Comienza un proceso duro, reñido, a ganar militante a militante. Voto a voto. Dos candidatos, uno de León y otro de Salamanca, ambos del Viejo Reino de León. Dicen que si uno de Herrera -aunque éste dice que ha amamantado a los dos- y otro, dicen, de Génova. Sea como fuere, las espadas están en alto. El proceso termina el 17 de marzo. Esa noche, unos ganarán y, otros, la ley de las elecciones, perderá y, ya sabe como son estos procesos, plegar y para casa. Lo cierto es que el candidato Fernández Mañueco sí que cuenta con el PP de Salamanca y, encima, sin fisuras. Lo demás, el 17 se sabrá, cachis.