El Levante ajusticia con cuatro balas al Real Valladolid
El Real Valladolid sufrió una dolorosa derrota (0-4) contra el líder indiscutible de la Liga 1|2|3, el Levante, en un encuentro en el que nada tuvo que hacer ante la superioridad en ambas áreas de los hombres de Juan Ramón López Muñiz.
El primer tramo del encuentro fue el habitual en dos equipos sabedores del potencial del equipo que tienen enfrente pero también a la espera de encontrar alguna grieta defensiva que rompiera el estatus quo entre dos equipos con armas diferentes. Mientras que los de Muñiz desarrollaban un juego más elaborado y siempre con la intención de darle continuidad a las jugadas, los de Herrera basaban más sus ofensiva en el repliegue y los balones largos a la espada de a defensa.
En esa tarea, las carreras de Villar y de Jose, más activo, eran vitales para que el plan llegara a ejecutarse con resultados satisfactorios, pero tanto Rober Pier como Postigo demostraron tener la lección bien aprendida y no se dejaron sorprender de buenas a primeras.
Corría el minuto 25 y los albivioletas ya tenían que remar para no morir antes de tiempo, y ni más ni menos que contra el líder destacado de la categoría.
La presión en la medular en los visitantes dificultaba la salida clara del conjunto castellano, mientras que el Levante se encontraba más cómodo, encontrando los apoyos entre líneas de Casadesús y los desmarques de Roger. Con el gol, el Levante jugó a dormir el ritmo e intentar desconectar a un Real Valladolid ya de por sí con pocas notas alegres que hicieran intuir una melodía.
Y a diez minutos del final de la primera mitad, llegó la doble estocada para un maltrecho Valladolid con un gol de Postigo. El central de los levantinos quiso centrar pero le salió un chut bombeado al segundo palo que Pau Torres no acertó a despejar dada su mala colocación.
El plan de balones largos de los locales no presentaba ninguna dificultad a un Levante que vivía plácido ante la escasa capacidad ofensiva del Real Valladolid, que consiguió perforar la portería con un disparo de Michel, pero el gol fue anulado por fuera de juego previo de Villar.
Sin solución
Tras el descanso, tanto Herrera como López Muñiz realizaron cambios en sus planteles. Ángel entró para suplir a Balbi en el lateral izquierdo y Verza sustituyó a Natxo Insa, que arrastraba problemas físicos por un golpe con Jordán.
El Real Valladolid salió con el ímpetu renovado, mostrando una cara más amable en ataque gracias a las incursiones por la banda derecha, con varios centros peligrosos que no encontraron rematador.
El 0-2 permitía al conjunto granota no arriesgar y dejar pasar el tiempo plácidamente, pero el equipo pucelano seguía intentándolo sin éxito con dos disparos de Jose, en el 60 y 62, que no inquietaron al ex del Real Valladolid, Raúl Fernández. El canterano estaba encontrando un filón por la banda izquierda que defendía Pedro López.
Herrera dio entrada a De Tomás por Michel y con ello varió el planteamiento a un 4-3-3 que ensanchaba el campo y poblaba más el área del Levante para ver si en alguno de los centros laterales sonaba la flauta.
Pero de nuevo volvió a sonar para el conjunto visitante, que aprovechó la defensa adelantada pucelana con un pase de Casadesús para que Morales definiera con una vaselina ante la salida de Pau Torres. El 0-3 en el minuto 75 fue la rúbrica definitiva de un conjunto visitante que va lanzado a por el ascenso a Primera División.
El gol coincidió con la entrada de Anuar en el campo, que sustituyó a un renqueante Leao y se llevó algunos de los pocos aplausos de la noche.
El colmo de los males no acabó con ese tercer gol, ya que en el 78 Jason hizo el cuarto gracias a un gran pase de Roger que el extremo granota definió con un derechazo cruzado. Las nubes negras que se intuían sobre el equipo de Herrera acabaron por descargar con todo el aguacero con una goleada que ha dejado a las claras la inoperancia de un Real Valladolid que encara el último tramo de liga con la moral por los suelos y las sensaciones de haber tirado otro año más al limbo.
Tras ese póker de goles, el partido murió con más pena que gloria para un Real Valladolid que se descuelga peligrosamente del vagón de liguilla de ascenso a Primera División con 39 puntos, a cuatro del Getafe y cinco del Cádiz, que tienen que jugar el domingo contra Tenerife y Rayo, respectivamente, y marcan el límite.