Lucha de poder por el control del PSOE
El proceso de primarias del PSOE -aún no convocadas- se vive con la intensidad de unas elecciones generales, con actos de los tres candidatos por toda la geografía española, y con una asistencia a los mismos casi similar a otros mítines. Es que esta ‘guerra’ dentro del socialismo español tiene por delante dos batallas, más que decisivas, para su futuro a corto y medio plazo –no digamos a largo-. Son las primarias y el Congreso Federal. Es una lucha abierta de poder en la que ya no hay favoritos, según las encuestas. Los enfrentamientos arrecian cada día que pasa esta interminable precampaña y dan toda la impresión de que van a mayores según se acerda la fecha que marque la Gestora.
Patxi López dio el paso creyendo que Sánchez le apoyaría y ahora hay quien dice que será la cuña para quitar votos a Pedro Sánchez, quien se fue de las maneras que se fue y su ansia de ‘revancha’ no tiene final. Susana Díaz, que amagaba y no daba, pero a nadie confundía, porque de todos era/es sabido su ‘ansia’ de poder. Nunca ocultó su deseo de mandar en el PSOE. Eso sí, de la mano de Felipe González, Zapatero, Rubalcaba y todos los ‘señores feudales’, a lo que se suma el ‘aparato’ con todos sus tentáculos. La cruda realidad es que, ahora, el PSOE se encuentra con tres candidatos, un partido dividido y sondeos internos que señalan que ninguno logrará superar el 40%.
El censo, la votación telemática y no presencial, y la financiación de las campañas con el 'crowdfunding' de por medio, han abierto grietas y la tensión es manifiesta en algunos territorios, con un cruce de acusaciones que dista muy mucho de ser un combate de guante blanco. El aumento de afiliados en algunas provincias y vía internet, junto con financiación ajena al PSOE para algunas campañas –sobre todo la de Sánchez– y las acusaciones de “partidismo” a la gestora, han encendido todas las alarmas. Sin embargo, en diversos sectores del PSOE, como es el caso de Salamanca, se consideran estas primeras batallas como simples escaramuzas. Nada más lejos de la realidad. Veamos.
El PSOE de Salamanca, ya dividido de por sí en varias ‘familias’ también dirime esta lucha de poder por el control de un PSOE que se ve moribundo. De una parte está todo el sector del ‘aparato’, al que se pueden sumar algunos contrarios a la actual dirección local y provincial, que confluye en Fernando Pablos y José Luis Mateos. Ellos encarnan el apoyo a Susana Díaz, con toda su gente detrás. Digamos diputado, senadora… Más aquellos que “temen” una ruptura total si ganase Sánchez, a quien ven como “un camino sin retorno hacia la confluencia con Podemos”. Estos, en un Congreso provincial, obviamente no darían su voto al actual ‘aparato’, aunque ahoría sí a Díaz.
Llamó la atención, en su reciente visita a Salamanca, ver en el acto de Susana Díaz –cuando aún deshojaba la margarita-, a insignes socialistas como Jesús Caldera o Jorge Sánchez Olivera, con Pablos y el también ‘madinista’ José Luis Mateos haciendo de perfectos anfitriones. Y, por ver, también andaba por allí la alcaldesa de Peñaranda, Carmen Ávila. ¿Sería el temor, del que hablábamos, de las cercanías con la formación morada?
Después está el grupo más dinámico. Los seguidores de Pedro Sánchez. Los ‘sanchistas’. Son los que más se están moviendo. Son los inconformistas. Los más críticos con la dirección socialista salmantina. Son quienes inundan las redes sociales con soflamas contra la actual Gestora. Son, en palabras de un dirigente que, en estos momentos, aún no tiene definido su voto, “los más activos”. En este grupo, por cierto, se encuentran destacados líderes veteranos que los mueve, no tanto Díaz, Sánchez o López, sino su “total disconformidad con los dirigentes del partido en la provincia”, y, sobre todo, “cómo se han movido en los respectivos Comités Federales”.
En cuanto al grupo de Patxi López en Salamanca, poco se vislumbra. Salvo algunos apoyos periféricos de municipios, más o menos emblemáticos, pero más por afinidad personal que por entrar en luchas o personalismos. No es menos cierto, que muchos militantes aseguran defender a López porque creen que es el único que puede volver a 'coser' unas siglas que están rotas y que seguirán así si se impone cualquiera de las otras dos opciones. Seguidores, no muchos, pero algunos no le faltan en esta provincia. No olvidemos que el ex lehendakari ha sido proclive a visitar Salamanca tanto como dirigente vasco como presidente del Congreso en las campañas electorales. De éxito fue la visita a Alba de Tormes cuando peor pintaban las cosas en las tierras de Teresa. Pues eso.
Supuran las heridas en Castilla y León
Esta lucha a nivel nacional, se salde como se salde, también tendrá sus consecuencias en los congresos regionales y provinciales. De sobra es conocida la situación de partido completamente dividido en Castilla y León, con dos sectores más que irreconciliables. Solo hay que ver que a la presentación de Susana Díaz en Madrid tan sólo acudirá el alcalde de Soria, Carlos Martínez, de los tres regidores socialistas en capitales de provincia de Castilla y León. Sin embargo no acudirá el alcalde de Valladolid, Óscar Puente, defensor de la candidatura de Pedro Sánchez, y tampoco figura en la agenda de la alcaldesa de Segovia, Clara Luquero, quien públicamente no se ha pronunciado a favor de ningún candidato. Son las heridas aún abiertas que aún supuran del ‘mal hacer’ de Julio Villarrubia -destacado seguidor de Susana- y Óscar López -insigne adalid de López- y, de por medio, Luis Tudanca -aupado por el segoviano y ahora defensor a ultranza de Sánchez-. Este es el panorama en esta Comunidad.
Es la guerra que se avecina en Salamanca de cara al próximo Congreso provincial, donde Fernando Pablos dejará la Secretaría General, quien sea el sucesor o ‘delfín’ dependerá mucho de quien gane la lucha de las primarias nacionales y, de paso, las regionales. Lo cierto, a día de hoy, es que por todos los rincones se habla de que el actual dirigente provincial quiere dejar al ‘delfín’ y diputado David Serrada. Ahí, por cierto, es donde están todas las espadas en alto. Pero esa es una cuestión que ahora, de momento, no toca.
Lo cierto, a día de hoy, es que unos y otros coinciden en que tras las primarias y el Congreso son muy altas las posibilidades de que el PSOE siga dividido y fracturado. Gane Susana, gane Sánchez, el choque de trenes no terminará. ¿Y con Patxi? Esa es la cuestión a la que nadie alude y, por qué no, puede ser la salvación de un PSOE moribundo enfrentado en una lucha de dos bandos completamente irreconciliables. La campaña va a ser larga, muy larga, y, a su final, muchos nos tememos que serán multitud los cadáveres que quedarán por el camino -es la razón de ser de todos los partidos, el que pierda para casa- y, por qué no, ¿una escisión? A esperar, cachis.