El Real Valladolid ha vuelto a echar por tierra otra oportunidad más de reengancharse definitivamente a los puestos que dan opción a jugar la liguilla de ascenso a Primera División. El Gimnástic de Tarragona se ha ido de Zorrilla con los tres puntos (1-2), al saber aprovechar dos errores de los locales.

Herrera repitió sistema, como ya avisó en la previa, con tres centrales y dos carrileros -Ángel y Moyano- que, aunque no tienen una clara vocación ofensiva, dotaban de gran amplitud al ataque del pucela y generaban dudas en las pocas subidas que acometían.

Era por la banda izquierda por donde se centraba toda la actitud ofensiva de los locales. Allí se aprovechaba las habituales caídas a banda y desmarques de Jose, al tiempo que Ángel generaba peligro a Xavi Molina cuando el canterano del Valladolid ganaba línea de fondo.

Las ocasiones de peligro llegaban para el cuadro de Herrera con balones colgados desde el área y cuando Michel y Jordán superaban el entramado en la medular del Nástic, lo que les permitía encarar la frontal del área con opciones de disparo o de último pase. Lamentablemente ni una ni otra opción llegaban a buen puerto.

Por parte de los visitantes, el peligro llegaba desde los saques de esquina, con un remate claro en el minuto ocho y otro en el 25 que Michel salvó sobre la línea de gol. El ritmo era lento, las ocasiones muy escasas y el juego no encontraba continuidad en ningún conjunto.

La más clara de la primera mitad fue para Ángel en un remate con la derecha desde la frontal del área a pase de Villar. El disparo raso obligó a Reina a sacar los puños junto a su palo izquierdo.

Pero el jarro de agua fría para el Real Valladolid llegó a siete minutos del descanso con un gol que, como no podía ser de otra manera, llegó a balón parado. Una falta lateral colgada por Suzuki fue rematada por Perone ante la salida en falso de Becerra. El remate no fue claro pero el rechace volvió a los pies del ‘16’ visitante para perforar la portería sin oposición.

El gol hizo que la grada mostrara su malestar ante la pasividad defensiva en ese saque de esquina y la poca mordiente en ataque, sin opciones claras de gol. Cerca estuvo de empatar Villar con un cabezazo en el segundo palo a centro de Ángel, pero el esférico se paseó por la línea de gol. El onubense tuvo otra aún más clara a un minuto del descanso. Jose puso un centro raso desde la izquierda y Villar remató tras controlar, pero su remate fue a las manos de Reina. Esa ocasión marrada valió las quejas de Jordán, que entraba desde la segunda línea para rematar con más claridad.

Sí, pero no

Algo había que cambiar en la segunda mitad y para ello Herrera dio entrada a Drazic en detrimento de Álex Pérez, con lo que el sistema varió a un 4-3-3. Más por ímpetu que por sistema llegó el penalti que reestablecería la igualada. La pena máxima llegó tras balón colgado desde la derecha que iba a rematar el onubense en el área pequeña, pero Xavi Molina le desequilibró y Eiriz Mata señaló los  once metros.

El gol espoleó a los locales, que adelantaron sus líneas y llegaban con mayor presencia al área defendido por Reina. Fruto de ese empuje, Jose tuvo un disparo claro desde el frontal tras una jugada individual, pero se fue demasiado alto.

El juego del Real Valladolid mejoró fruto de que la conexión entre Michel y Jordán se producía con mayor cercanía a las dependencias defensivas del Nástic. El esférico se movía más rápido y de banda a banda hasta encontrar un hueco. El segundo gol para los locales estuvo rondando con incursiones de Jordán por la banda derecha, que no pudo dar el pase final, y un balón raso de Jose que controló Drazic dentro del área pero no pudo rematar ante la presencia de Bouzón.

A pesar de esa mejoría, el Nástic volvió a ponerse por delante en uno de los pocos acercamientos que tuvo en la segunda mitad. Un error en un pase atrás de Villar a Guitián dejó a Barreiro solo para encarar a Becerra. El delantero del equipo tarraconense la picó con clase y el balón entro mansamente en la portería.

Era el minuto 74 y, a pesar de la entrada de De Tomás por el lesionado Rafa, el Real Valladolid no pudo superar ese duro revés que supuso el segundo gol. Para más inri, Leao también tuvo que retirarse en camilla para dar entrada a Lichnovsky. Jose lo intentó en el 84 con un disparo cruzado y De Tomás falló inexplicablemente un remate de cabeza en el área pequeña en el descuento.

El Nástic terminó encerrado atrás para mantener los tres puntos ante un Real Valladolid que fue incapaz de generar juego de peligro con continuidad ante un equipo ramplón al que le valieron dos errores del contrario para salir de Zorrilla por la puerta grande.