Seguro que en las conciencias y memorias de muchos de los aficionados del Real Valladolid resuena ese “Quién nos iba a decir hace un par de meses que íbamos a tener el Playoff a tiro de piedra tal y como estaba el equipo”. Pues sí, el Pucela se ha ganado por méritos propios, en este último mes sobre todo, esa licencia para soñar que tanto anhelaba una ciudad de primera que merece un equipo de la misma categoría.

El triunfo ante el Real Mallorca, que no fue ni mucho menos brillante, unido a los pinchazos de Getafe, Cádiz, Tenerife y Huesca hace que los de Paco Herrera estén con los mismos puntos que el conjunto aragonés, en puestos de Playoff, y que dependa de sí mismo para disputar la promoción de ascenso.

Afición enganchada, con matices

Amanecía gris la mañana de sábado a orillas del Pisuerga pero la mirada del aficionado blanquivioleta radiaba luz por los cuatro costados. Un amigo me hablaba vía telefónica mientras preparaba el tan preciado bocata de tortilla con pan de pobre que degusta cada quince días durante el tiempo de asueto en el santuario blanquivioleta mientras, con la voz entrecortada, en esa simbiosis tan característica entre ilusión y nerviosismo, volvía a creer.

Porque en creer está la clave y el conjunto de Paco Herrera lo está volviendo a hacer tras unos meses irregulares en los que parecía que la flechita de la felicidad del aficionado del Pucela iba a tirar más para abajo que para arriba a medida que la temporada avanzaba y con el paso de los meses.

Pero así es el fútbol. La afición estuvo de diez ayer, con un tifo inicial en el que se podía leer “Algo más que un sentimiento”, llevando en volandas a un equipo que supo amarrar los tres puntos sin brillo pero con oficio. Si un pero hay que poner es que ni con promoción el José Zorrilla logra sobrepasar esta temporada la cifra de 10.000 espectadores. Ni ganando, ni perdiendo.

Don Raúl de Tomás

Dicen que rectificar es de sabios y, por suerte, Paco Herrera puede adoptar este dicho popular en esta temporada. Todo por Raúl De Tomás, que ha demostrado con el paso de las jornadas y pese a no disponer de la confianza del míster, que es el nueve de un equipo que le necesita como el comer.

El capitán de la nave blanquivioleta se ha dado cuenta de que el 47 debe partir como titular para ser el faro, la referencia de un equipo que bebe de su repertorio de goles, ya sean de cabeza, de penalti o con cualquiera de las dos piernas y que se beneficia de su juego de espaldas y ente líneas.

El dominicano es el pichichi del equipo con 13 goles, sumados los dos de ayer, que valieron por tres puntos y sirvieron además para que la afición siga ilusionándose con el equipo de cara a las cuatro jornadas últimas de campeonato que le quedan por afrontar.

Cuatro finales

Cuatro finales le restan  a la escuadra que preside Carlos Suárez y el objetivo está, ahora sí, más cerca que nunca. Sin embargo, no va a ser ni mucho menos fácil ya que en estas cuatro jornadas los de Paco Herrera van a tener que enfrentarse a rivales directos.

Lejos de Zorrilla, los pucelanos tendrán, en principio, los choques más sencillos en el derbi regional contra el Mirandés primero y contra el Reus un par de semanas más tarde. Los burgaleses son últimos en la tabla mientras que los catalanes campean por la mitad de la misma.

En casa, los vallisoletanos recibirán a Getafe y Cádiz, dos rivales directos en la pugna por meterse en el tan ansiado Playoff. Pero para esto queda. Ahora toca seguir disfrutando del triunfo de ayer que le ha dado al equipo y a la afición licencia para soñar con que se puede conseguir algo importante esta temporada.