La Educación transversal gana terreno gracias a iniciativas como la del CEIP Melquíades Hidalgo, en la localidad vallisoletana de Cabezón de Pisuerga, un centro concienciado con ofrecer a sus alumnos y alumnas una visión global de su camino escolar, con la implicación de profesores, madres y padres y la relación entre unas asignaturas y otras.

El proyecto ‘El mundo a través de otros ojos. Educando en valores a través del arte’ ha conseguido implicar a toda la comunidad educativa con actividades en torno a la solidaridad, la pobreza, los derechos humanos, el compromiso por un mundo mejor, la sostenibilidad medioambiental, el cambio climático, la interculturalidad, la tolerancia y la justicia social.

Esa iniciativa le ha valido al colegio ser uno de los nueve centros educativos con proyecto financiado en la convocatoria de premios de Educación para el Desarrollo. Cada nivel educativo del CEIP Melquíades Hidalgo ha realizado actividades adaptadas a la edad de los alumnos con un hilo conductor y cuyo análisis de fondo es la huella que dejamos en el mundo.

Esta propuesta para trabajar en el aula con el alumnado parte de la selección de diferentes obras de arte, escogidas con la intención de transmitir valores concretos y generar variedad de inquietudes en aquellos que las observan. José Manuel Herrero, secretario general de la Consejería de la Presidencia, ha valorado que se trata de “un proyecto que ha necesitado de mucho esfuerzo, pero que ha merecido la pena por los excelentes resultados conseguidos”.

27 proyectos

En los cuatro años que lleva convocándose este premio, se han presentado 146 centros y se han invertido 70.000 euros repartidos en 27 proyectos. A todos ellos hay sumar los que se resuelvan este año ya que, en este momento, se están valorando las solicitudes presentadas a la convocatoria de 2017.

Fomentar la Educación para el Desarrollo en los centros educativos es una de las prioridades recogidas en el III Plan Director de Cooperación al Desarrollo de Castilla y León 2017-2020. La Junta de Castilla y León considera que es tanto o más importante que apoyar intervenciones en los países empobrecidos, promover una conciencia crítica en nuestra sociedad y en especial entre nuestros niños y niñas.

La formación para la paz, el respeto a los derechos humanos, la cohesión social, la cooperación y la solidaridad entre los pueblos, así como la adquisición de valores que propicien el respeto hacia los seres vivos y al medio ambiente y el desarrollo sostenible, son áreas temáticas reconocidas en el currículo educativo.

Los profesores, los padres y madres, los trabajadores de los centros educativos y, por supuesto, los alumnos son actores esenciales en la defensa de los derechos humanos, la promoción de la solidaridad y la construcción de un mundo más justo. La labor de la comunidad educativa es esencial por su efecto multiplicador.