El comercio vallisoletano busca un impulso con las rebajas de verano
Muchos se quedan boquiabiertos al leer que la llegada de julio lleva al inicio de las tradicionales rebajas de verano, porque con el paso del tiempo y como muchos han podido apreciar en los últimos días, sobre todo por el centro de la ciudad, los descuentos están presentes ya desde aproximadamente dos semanas debido a la falta de unidad en el calendario de este periodo que tanto gusta a los compradores compulsivos.
Desde la Agrupación Vallisoletana de Comercio y en palabras de su presidente, Alejandro García Pellitero, son “cautos con las previsiones” además de “optimistas pero conservadores” y estiman que en este periodo de rebajas las ventas se incrementarán “entre un 1,5 y un 2%” este año con respecto al anterior.
Este periodo temporal de descuentos generalizados en los comercios de proximidad de la capital del Pisuerga no mueve, ni mucho menos, el dinero que el que se abre tras la Navidad pero supone un pequeño empujoncito para este pequeño comercio gracias, en su amplia mayoría, a los jóvenes que son los que más dinero destinan en estos calurosos meses de verano a ropa y otros enseres.
Un crecimiento de entre el 1,5 y el 2%
“Somos cautos con las previsiones porque al final difícilmente se cumplen. Preferimos ser optimistas y conservadores pero hemos calculado que las ventas pueden crecer entre un 1,5 y un 2% en estas rebajas de verano con respecto a las del año pasado”, asegura el presidente de Avadeco, Alejandro García Pellitero.
La mayoría de los comerciantes “son optimistas” ya que este es un “periodo en el que el consumidor, psicológicamente, ve atractivo el hecho de salir a comprar”, con un público joven, sobre todo de adolescentes, con más libertad temporal al haber terminado ya el curso escolar.
Todo ello a pesar de que como el propio Pellitero afirma, desde el sector y este año “no se están apreciando todas las bonanzas económicas que se venden desde las tribunas por parte de los políticos”, con datos de los que se recela desde Avadeco, que proceden del INE, que deberían segregarse mejor, por provincias, en lugar de hacerlo por Comunidades.
El máximo dirigente de la Agrupación Vallisoletana de Comercio añade además que “a pesar de las cifras que apuntan que Castilla y León ha crecido un 4% en ventas este año” son los comerciantes los que “han de levantar todos los días las persianas de su negocio” y se encuentran con la poca exactitud de estos datos.
Lío con el calendario
Además, desde el comercio vallisoletano y la Confederación española de Comercio se vuelve a pedir que se “regulen los periodos de descuentos”, ya que hay tiendas que han comenzado en el epílogo de esta semana “sus segundas rebajas” porque como aseguran, con ello, “se pierde la efectividad que por ejemplo si tienen en otros países como Francia o Inglaterra, en los cuales el primer día de rebajas “es de colas en las tiendas como ha sido a lo largo de la historia”.
Alejandro García Pellitero afirma que con este modelo actual “el consumidor está desorientado y no sabe cuándo salir a comprar” ya que “en unas tiendas si ve rebajas y en otras no” lo que le genera inseguridad a la hora de optar por adquirir “lo que le sale más rentable para su bolsillo”.
El presidente de Avadeco llama al consenso para volver a regularizar este calendario aunque ve “difícil una solución a corto plazo” porque implicaría un acuerdo en el Parlamento entre Gobierno y oposición que parece complicado con el periodo de inestabilidad política que vive nuestro país. Acuerdos que serían “buenos para el consumidor y para el comerciante” porque para el primero supondría “evitar el engaño” y para el segundo “la competencia desleal”.
Un sector tocado
Pese a que se estima un crecimiento en las ventas este año y que las rebajas generarán un total de 2.000 puestos de trabajo adicionales solo en Valladolid, estas cifras no superarán los datos de la campaña navideña que acaban suponiendo “el 40% de la facturación a más de un establecimiento”.
Además, el del comercio es un sector tocado que como asevera Pellitero “estuvo en la UVI y se encuentra en planta en busca de que le den el alta”, con comercios que tienen que cerrar y otros que “tienen una duración efímera” de un par de meses.
El comercio de proximidad de la capital del Pisuerga sufre por la crisis económica y por la competencia con las grandes marcas y establecimientos, mazazos graves a los que se suma ahora el papel de un calendario desigual que hace un daño tremendo a los pequeños establecimientos que buscan fórmulas para sobrevivir.