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Región

Olmedo Clásico se despide por todo lo alto

23 julio, 2017 12:21

El Festival de Teatro Clásico de Olmedo baja el telón este domingo con una doble propuesta para poder disfrutar hasta el final de esta magnífica edición. Con dos excelentes obras, la organización despide el certamen de 2017 con excelentes cifras de visitantes y un éxito rotundo en las sesiones.

Por la mañana, a partir de las 12:45, a cargo de la compañía Alas Tablas Teatro, tendrá lugar la obra de Lope de Vega, 'El perro del hortelano' durante 90 minutos de pasión teatral que nadie puede perderse.

Y por la noche, en la última actuación en este festival de Olmedo Clásico, se echará el cierre con la obra 'La luz oscura de la fe', basada en textos de San Juan de la Cruz y a cargo de la compañía El Brujo Producciones, con una duración de 100 minutos.

El perro del hortelano

Diana, la condesa de Belflor, es una mujer rica y poderosa. Un día descubre que Teodoro, su secretario, está enamorado de su doncella Marcela. Movida por los celos, Diana se enamora de Teodoro a pesar de que éste no es noble. A partir de aquí comienza en la Condesa el juego de “El perro del hortelano”, que ni come ni deja comer; no se permite a ella misma enamorarse de su secretario Teodoro, ni permite que se case con Marcela. Finalmente, gracias a Tristán, maestro del engaño y fiel servidor de Teodoro, la condesa podrá casarse con Teodoro, un hombre de diferente clase social, algo impensable en la época.

La luz oscura de la fe

San Juan de la Cruz es la combinación armoniosa de una cultura exquisita, refinada sensibilidad y el espíritu libre de un "Pastor" que se abre paso en el mundo como un rayo de luz entre tinieblas. He visto a San Juan como un patio donde los ángeles labran sus sueños jugando con Juanito, que es un niño. El niño cae en un pozo y contempla en la oscuridad la pequeña burbuja de su ser flotando en Dios que es la Madre. Eso es lo que yo he visto. Mi sueño. Los que hacemos teatro y tenemos que vivir del teatro debemos dirigirnos al centro del espectador que es un niño (Pedrito, Juanito, Pablito), un lugar donde el Pastor y el imponente erudito, el ama de casa y el taxista pueden ser uno y lo mismo. En una palabra: buscamos el consenso metafísico. ¡Joder que gente somos y que poco se nos aprecia! Venga, juguemos ahora con S. Juan que es Juanito, un sufí del Islam, que con los persas y los árabes vino al Occidente y por algún lado lo mamó S. Juan. Yoga de la India milenaria: amor, aliento, esencia, le han dicho muchas cosas... !Qué más da! La danza cósmica del Poder Omnipresente se expresa en todas las lenguas.

¡Pues vamos a bailar!

Oigo ya el violín del gran maestro Alejano. Vengan todos a gozar. Será la música el eterno verbo de un niño que es poeta: el divino S. Juan.

No se lo pierdan señores:
¡Un fraile Carmelita!
Pasen y vean amigos:
¡es un fraile que levita!
Vengan todos a gozar.