Béjar y Rímac (Perú) se hermanan a través de la fiesta
El mexicano Joselito Adame, el francés Juan Leal y el salmantino Alejandro Marcos lidiarán una corrida charra de Orive en la plaza de toros más antigua del mundo como es la de Béjar. Será el 8 de septiembre.
Una fecha señalada porque se festeja a la Virgen del Castañar, patrona de Béjar. Y precisamente en El Castañar de Béjar se alza la plaza de toros con más antigüedad que existe en los ocho países del universo taurino: España, Francia, Portugal, México, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela. Hablaremos de ella, pero antes vayamos al titular del artículo.
Ni las fiestas de su querida Béjar ni su corrida de toros se la perderá mi amigo Gonzalo Santonja, viajero anual a Perú para asuntos estudiosos, y asiduo, como buen taurino, a la feria del Señor de los Milagros que se celebra en la majestuosa plaza de toros de Acho, en el Distrito Rímac; una población de unos 170.000 habitantes que debe su nombre al río que atraviesa la ciudad. Conocido también como «abajo el puente», es uno de los distritos más tradicionales de la Lima Metropolitana con calles de influencia sevillana y denominado Centro histórico de Lima.
En el último viaje de Gonzalo Santonja a Perú recibió un trato excepcional del alcalde de Rímac, Enrique Peramás Díaz, y de ahí que Santonja, diplomático donde los haya, además de cultivar la amistad, pensó en un hermanamiento a través de la Fiesta, a través del toro, y en este caso de los escenarios donde inveteradamente conviven toro y torero: los cosos.
Así que la coqueta “Ancianita” de Béjar, nombre por el que se conoce a esta plaza más que tricentenaria (1711), -aunque a mi amigo Gonzalo no le gusta ese apelativo- compartirá honores e intercambiará hermanamiento con otra belleza de plaza como es la peruana de Acho (1766).
Día grande pues para mi querido amigo Santonja que, con toda seguridad, emprenderá viaje a Rímac en noviembre para presenciar el serial del Señor de los Milagros. Y suponemos que viajará acompañado de su paisano el alcalde Alejo Riñones para devolver el intercambio con su colega peruano.
Perú en general y Lima en particular gozan de una espléndida salud taurina, aumentada con dos novedosos toreros limeños que están revolucionando el panorama taurino como son Roca Rey y Joaquín Galdós, sobre todo el primero.
Por cierto que el alcalde de Rímac aprovechará su estancia en tierras salmantinas para girar una visita al coso de La Glorieta y presenciar la corrida de feria del jueves 14 de septiembre, donde su paisano Roca Rey comparte cartel con El Juli y Juan del Alamo para lidiar toros charros de Garcigrande-Domingo Hernández.
Ambas plazas, la de Acho y la de Béjar, están llenas de historia dada su antigüedad, aunque como es obvio la peruana con sus 13.000 espectadores y la importancia de su entorno, nada tiene que ver con la de Béjar cuya capacidad es de unos 3.500 asientos. Pero sí es cierto que “La Ancianita” toma ventaja de antiguedad en unos años, además de ubicarse en un paraje único.
Como simple curiosidad, ambos cosos tienen la particularidad de la altitud. El de Acho se ubica debajo del cerro de San Cristóbal y este a unos 400 metros de altura. Y lo de Acho proviene de "sitio elevado cerca de la costa, desde donde se descubre bien el mar y en el cual solían hacerse señales con fuego".
Mientras que la plaza de Béjar se ubica en el Paraje El Castañar, a unos dos kilómetros de la ciudad. Y desde sus más de mil metros de altitud se divisa un magnífico panorama como “El Regajo”, el “Sagrado Corazón” y la “Fuente del Lobo”, sin olvidar el Santuario de la Virgen del Castañar, origen real de la plaza de toros.
Cuenta la historia que el santuario necesitó de reparaciones en 1657 y, una vez más, la generosidad torera tiró para adelante celebrando un festejo taurino - en una plaza improvisada de maderas- cuyos beneficios fueron para el santuario. En ese mismo lugar, 54 años más tarde, se construiría lo que hoy se denomina “La Ancianita”. Y ya van 306 años….
De esto sabe mucho más mi querido amigo Gonzalo Santonja.
De la plaza de Acho, también denominada Plaza Firme de Toros de Acho, contaremos que fue inaugurada en 1766 por el mismísimo Virrey del Perú, el catalán Manuel Amat y Juniet, que lo fue de 1771 hasta 1776, y al parecer algo tuvo que ver en su construcción. Tenía un ruedo descomunal (90 metros) y está declarado Monumento Histórico.
En 1945 fue remodelada, ampliándose su capacidad hasta los actuales 13.000 espectadores y reduciendo el ruedo. Y en 1962 abrió sus puertas el Museo Taurino de Acho. Es una visita turística obligada y alberga numerosos acontecimientos no taurinos a lo largo del año.
Finalmente, no me resisto a incluir una nota que me afecta en esta historia a través del paisanaje. Y es que unos años antes había muerto en Lima Diego Morcillo Rubio de Auñón. Diego Morcillo fue virrey del Perú y arzobispo de Lima, entre otros. Además era de Villarrobledo (Albacete), mi querido pueblo.
Jazmines en el pelo y rosas en la cara, Airosa caminaba la flor de la canela…(Chabuca Granda)