La Empalizada, de Montemayor, celebra su jornada de hermandad

Las buenas gentes de la Asociación Taurino Cultural La Empalizada, con Raúl Redondo como alma mater, volvieron a celebrar su jornada de hermandad de verano en el privilegiado entorno de “La Hontana”; un paraje municipal ubicado muy cerca del centro de Montemayor de Pililla. El espacio cuenta con una extensa pradera y arboleda, dotado de diversos servicios que permiten una agradable estancia.

Lo vengo repitiendo durante años porque lo de La Empalizada es un caso excepcional: Montemayor tiene cerca de 1.000 vecinos y la entidad taurina reúne a unos 240 socios, entre ellos a más de 30 niños.

Muchísimos niños reúne este encuentro y ellos que son los protagonistas, ya que participan activamente en los talleres de cortes y toros que organiza la asociación. Adrián Tejero “Durillo”, de Traspinedo, y el novillero de Iscar, Darío Domínguez, que vino acompañado de un alumno de la Escuela Taurina de Salamanca, el vallisoletano de Laguna de Duero, Daniel Martín, fueron los encargados de impartir los talleres.

Al margen de los magníficos carretones (cabezas de toros con ruedas) que aportan los socios, mi amigo Castellanos aportó su ya famosa tora que, por ser menos aparatosa de cabeza, causó buena sensación entre los niños actuantes. Diego Olmedo, el joven gráfico y colaborador de la entidad también mostró sus dotes con el capote

Antes se repusieron fuerzas con la tradicional paellada y su correspondiente tinto de verano, rematando el postre con un helado que nos supo a gloria entre esa arboleda de sol y sombra. Tras el café de rigor el incansable Raúl Redondo hizo las presentaciones y agradecimientos a los participantes, entre ellos el propio alcalde, Iván Velasco, socio y colaborador de La Empalizada.

Y otro agradecimiento efusivo fue para el catedrático y escritor Gonzalo Santonja, al que Redondo invitó para que saliera a escena y saludara al personal. Santonja dijo encontrarse a gusto entre las gentes de La Empalizada y prometió que volverá para las fiestas de La Cruz. Por cierto que la declaración de B.I.C. (Bien de Interés Cultural) por parte de la Junta para la Plaza de Palos y la Función de la Cruz, está en la recta final y por buen camino.

La nota musical la puso el cantante Jaime Valentín que deleitó a la concurrencia con su amplio repertorio. El artista vallisoletano interpretó rumba española y música latina con su peculiar estilo y presentó su último disco “Sin ataduras”; una rumba repleta de alegría y optimismo.