Valladolid-Huesca-real-valladolid-futbol

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Región

El Pucela quiere una copa más

7 septiembre, 2017 12:44

El Pucela, como ya hiciera el pasado domingo ante el Tenerife, volvió a cuajar un gran partido y venció al Huesca, clasificándose para la siguiente ronda de la Copa del Rey.

Con once jugadores completamente diferentes a los que habían ganado al Tenerife, el Real Valladolid barrió este miércoles a la S.D. Huesca en El Alcoraz, en su presentación copera, y ganó por 0-2 para pasar a la siguiente ronda de la Copa del Rey. Por momentos, esos futbolistas de la “segunda unidad” del Pucela, bordaron el fútbol en Huesca. Mostraron calidad, imaginación, precisión y velocidad con el balón en los pies y trabajo a destajo, contundencia y solidaridad a la hora de defender. Jugó y no dejó jugar.

En la primera parte, el Real Valladolid jugó un fútbol brillante. Sacó el balón desde atrás con limpieza, conectó con solvencia con el centro del campo y en los últimos metros fue rápido, incisivo y clarividente. Sólo le faltó más acierto en el remate para golear sin piedad a la S.D. Huesca.

En el minuto 13, el Real Valladolid armó el fútbol desde atrás con combinaciones rápidas, precisas y vistosas, y culminó la jugada con un remate de Villalibre cuando pisó área que encontró el cuerpo de Ander.

Pero tres minutos después, el Pucela volvió a trenzar una jugada colectiva fantástica, que sí firmó Óscar Plano con templanza y calidad. Y antes del descanso, Villalibre, en dos acciones más de delantero centro puro, fuerte, rápido y con clase, rozó el gol, pero no encontró portería en la suerte suprema. Con un poco más de acierto en la finalización, el delantero vasco del Real Valladolid habría salido a hombros de El Alcoraz. Sin duda, Aduriz tiene relevo en el Athletic cuando el diamante se acabe de pulir, aunque Mata, en estado de gracia, le va a poner cara la titularidad.

Nada más comenzar la segunda parte, Ángel, que se había torcido el tobillo al final de la primera, volvió a caer mal sobre el mismo pie y tuvo que pedir el cambio para que entrara Calero.

Nada cambió, salvo que Villalibre, que ya había ajustado la mira telescópica, cazó un balón al área de Toni, se revolvió y puso el balón junto al palo con un toque perfecto con el interior de la zurda. Un golazo para poner el 0-2 en el minuto 50.

Villalibre siguió creciendo. Cada desmarque del delantero de Gernika era una pesadilla para los centrales oscenses, y uno de ellos, Carlos David, le cazó dos veces, vio dos amarillas y se fue a la ducha a la hora de juego.

El partido, salvo catástrofe imprevista, estaba visto para sentencia. Porque el Real Valladolid era muy superior y el rival se quedaba con uno menos. Pero no se acabó porque el Huesca tiró de raza y el Real Valladolid dio la sensación de levantar el pie del acelerador. En alguna pérdida blanquivioleta en la salida del balón, en alguna buena combinación local, en alguna falta al área con mucha acumulación de hombres muy cerca de Becerra, el Huesca lo intentó sin fortuna. No marcó y los minutos fueron pasando hasta que el colegiado decretó el final del partido.

La segunda unidad se reivindicó en la Copa del Rey. Hay fondo de armario. Bendito "problema" para Luis César.