Valladolid-Toros-fiestas-santos-17

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Región

Ponce y Manolo Sánchez abren la puerta grande

10 septiembre, 2017 14:29

Enrique Ponce volvió a dictar magisterio en una tarde donde compartió cartel con su amigo Manolo Sánchez que reaparecía, para celebrar el 25 aniversario de su alternativa, en un mano a mano donde el torero de Chiva se impuso cortando cuatro orejas, mientras que el vallisoletano obtuvo dos trofeos con el que cerraba plaza tras escuchar los tres avisos en el cuarto. Los dos abrieron la puerta grande.

El primero de Ponce fue un toro con clase y noblón de Miranda y Moreno que fue protestado de salida por sus impresentables pitones. La faena tuvo temple y Ponce lo toreó con mucho gusto. Mató de estocada tras un intento y paseó la primera oreja de la tarde.

Con el colorado manso tercero, el valenciano realizó una faena que fue a más gracias a la colocación y al sabio manejo de las telas, lo que hizo subir de tono el trasteo ante un animal rajado desde el tercio de banderillas. El bajonazo no impidió que el público le pidiera con fuerza la oreja.

El quinto fue un toro correcto de presentación y de escasa fuerza. Pero tuvo mucha nobleza en la muleta de Ponce que le quitó el defecto de ir rebrincado aplicándole la receta infalible del temple. Torerísimo el de Chiva al hacerle al toro el cartucho de pescado. Elegante fue su abaniqueo final.

Con el soberbio volapié el graderío pidió con fuerza las dos orejas que Ponce paseó sonriente.

Manolo Sánchez volvió a reeditar su clásico toreo ante el que hizo segundo; un toro flojo al que solo pudo torear a media altura, pero hubo pasajes interesantes. Enterró el estoque algo trasero tras pinchar y saludó desde el tercio.

También logró encandilar al tendido con el altísimo cuarto, al que le endilgó cuatro tandas con la diestra que tuvieron mucho empaque y ligazón. La estocada atravesada necesitó de la cruceta y ahí vino el calvario para el pucelano que vio como el palco le mandaba los tres avisos. Sin embargo no hubo necesidad de sacar los mansos- menos mal- ya que el toro se echó tras sonar el último recado presidencial y el tercero lo cacheteó al instante. El paisanaje funcionó y Manolo saludó una ovación.

El que cerraba plaza tuvo prontitud, aunque se le acabó el carbón enseguida. Pero Manolo, que brindó a su hijo mayor, lo aprovechó en la muleta y sacó naturales de mucha calidad. También templó con la diestra en el tramo final y el público se lo agradeció.

La estocada algo trasera, tras un metisaca, fue de efecto fulminante. Los paisanos y seguidores, que aún los tiene, pidieron con fuerza las dos orejas que Manolo paseó sonriente quitándose el mal trago del toro anterior.

Hubo un tercio de plaza en tarde desapacible con un viento que molestó en algunas fases del festejo. Se lidiaron seis toros de Miranda y Moreno, algunos muy justos de presentación y sin cara y de juego desigual; destacaron 1º y 6º.

La Federación Taurina de Valladolid hizo entrega a Manolo Sánchez de una placa conmemorativa de los 25 años de alternativa.