Alba de Tormes cierra sus fiestas patronales marcadas por la participación
Alba de Tormes cerró esta noche de domingo, con fuegos artificiales y la música de los 80 y 90, sus fiestas patronales en honor a Santa Teresa que, además, abrieron el Año Jubilar Teresiano. Unas fiestas marcadas por la participación en todas sus actividades, tanto de los vecinos -de todas las edades- como de los cientos de visitantes que, durante esta más que larga semana, se han acercado a la Villa Ducal para divertirse.
La jornada del domingo, y última, estuvo marcada por el festejo taurino, y también por los actos religiosos con la entrada de la imagen de Santa Teresa en clausura, ya hasta las fiestas de la Transverberación que tendrán lugar allá por agosto de 2018. Actos siempre emotivos y llenos de emoción y devoción de los albenses por la santa andariega y fundadora.
Es la procesión, siempre muy concurrida, con el acompañamiento de la Banda de Música de Alba de Tormes, pero en esta ocasión también de los 'mariquelos', Ángel y Carlos Rufino de Haro. Y, cómo no, de los cánticos de los fieles con sus vítores a la Santa y el Himno de Santa Teresa, que cierra los actos antes de que la imagen, entre aplausos, regrese al convento de las Madres Carmelitas.
Teresa bendita, bello serafín,
de Cristo la esposa más bella y feliz.
Honor de Castilla y gloria inmortal
del pueblo cristiano y de Alba ducal.
Himno de los albenses para el III Centenario de la Beatificación, en 1914, compuesto por el carmelita segoviano Manuel Parareda González (Manuel del Santísimo Sacramento), durante años conventual y organista en Alba de Tormes. Después de un siglo, sigue cantándose en Alba y es uno de los himnos más populares dedicados a la santa. El arreglo ha sido realizado por Matías Cañizal Tello, miembro de la Banda de Música de Alba de Tormes.
Ya cuando la temperatura se hacía otoñal, la escarcha comenzaba a cubrir los coches y las tinieblas extendían su manto oscuro, en el cielo albense lucían fuegos artificiales que iluminaban el remanso del Tormes donde Garcilaso escribía. Con el sonido de los 80 -que rebobinaban la película del tiempo y de la vida que fue- el viajero regresaba a la capital del Tormes con el sabor de la amistad, de los muchos amigos y amigas y, cómo no, con la consideración de unas fiestas importantes, concurridas y participativas. Y pedir salud y cosas buenas para la próxima edición, cachis!
FOTOS LUIS FALCÃO