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Región

Los candidatos socialistas no emocionan en un frío debate

8 noviembre, 2017 21:08

A pesar de  un formato rígido y anquilosado, los tres candidatos socialistas a la secretaría general del PSOE provincial leonés han dado esta tarde una lección de transparencia, democracia y de respeto en la confrontación de ideas más que de propuestas. Ha sido un debate televisivo, cuyo contenido queda embargado hasta las 22:30h. Inaudito. Delante han tenido a varias decenas de militantes, que han guardado total compostura.  Por no hacer ruido ni tan estornudado, lo que ha permitido la concentración de los candidatos en el salón del Palacio del Conde Luna.

Diego Moreno, José Antonio Díez y Javier Alfonso Cendón, moderados por el periodista Joaquín Sánchez Torné, se han limitado a jugar al frontón. A hablar más hacia las cámaras que a buscar la confrontación con sus contrincantes. Apenas se han interrumpido y dialogado entre sí. Han sido monólogos en cascada. No han logrado emocionar ni sorprender.

Diego Moreno ha sido el candidato que más propuestas ha puesto encima de la mesa; José Antonio Díez ha hecho gala de su experiencia y veteranía en cargos públicos; y Cendón, el más bisoño, ha sido el único que ha buscado la provocación directa al preguntar a sus dos compañeros si estaban dispuestos en un momento dado a llevar la contraria a la federal o a la dirección regional del partido.

José Antonio Díez, con atuendo informal, ha acudido al debate con un claro mensaje: toda la culpa del declive de la provincia leonesa es del PP y, en especial, de la Junta de Castilla y León, que ha marginado en sus políticas e inversiones a la provincia leonesa, al apostar por el eje Valladolid-Palencia-Burgos.  Ha sido el único que ha arremetido contra el alcalde de León, el popular Silván y ha criticado con mayor dureza la discriminación inversora de la Junta hacia León.

Moreno ha sido el único que ha planteado propuestas en un debate que ha pecado de excesiva vaguedad e inconcreción. Él ha propuesta, por ejemplo, una escuela de formación para los cargos públicos socialistas, ha exigido la Agencia del Medicamento para León o la creación de un secretario de Cultura y Educación en su próxima ejecutiva provincial. Moreno es el único que ha reivindicado el papel político de Pedro Sánchez, actual secretario federal socialista; y, sobre todo, el de Luis Tudanca, secretario regional. Con chaqueta e informar, ha acompañado el baile de sus manos para enfatizar con rotundidad sus propuestas.

Cendón, sin chaqueta y con una camisa demasiado ajustada, comenzó muy hierático hasta que en un momento sorprendió a sus rivales, y los descolocó, preguntando, en el debate sobre la minería del carbón, si como posibles secretarios generales irían en contra de acuerdos de la federal o de la regional del partido. Fue el  único momento de tensión y de desconcierto. Díez tardó, pero reaccionó bien al asegurar que él ya se había posicionado en contra del partido en alguna ocasión; Moreno prefirió  la salida diplomática de que el PSOE debe dar imagen de unidad y que las diferencias hay que solucionarlas dentro de los órganos del partido.

Por lo demás, muchas coincidencias, quizás demasiadas: Los tres candidatos han cerrado filas en torno a la defensa de la minería del carbón y de que las térmicas quemen carbón leonés; defensa del sector primario y de la industria agroalimentaria; potenciación de las infraestructuras básicas, sobre todo en el área tecnológica, donde la banda ancha aún es una utopía en grandes áreas rurales; la reivindicación del centro logístico de Torneros; o la implicación de la Universidad en el desarrollo tecnológico, entre otras muchas ideas.

El más contundente fue Díez al responder al moderador que la primera medida para recuperar la economía leonesa era “quitar el PP del gobierno de la Junta”. Una línea muy estudiada y que mantuvo durante todo el debate: el PP como enemigo de la provincia y del PSOE.

Pocas diferencias en las grandes recetas para aplicar al empuje que necesita la economía, la sanidad, la despoblación o la cultura de la provincia. En el campo ideológico, quizás Moreno fue más contundente al situar al PSOE como un partido claramente de izquierdas, en clara sintonía con Pedro Sánchez y Luis Tudanca. Moreno propone un partido más abierto, transparente y pegado a la militancia, cercano a la clase trabajadora y con mayor contacto con la sociedad.

En esta parte del debate, el más hermético fue Cendón, quizás algo acomplejado por los apoyos que ha recibido del ex presidente de Gobierno, Zapatero,  por la vieja guardia del partido, e incluso por el secretario general saliente, Tino Rodríguez. Habló de un partido decente, abierto, participativo, unido y encaminado al siglo XXI.

Díez, el candidato que se sabe que está en medio de dos trenes que circulan a gran velocidad, recordó el pasado antifranquista de su familia, su programa de 150 propuestas, su candidatura sin padrinos y encontró en el PP su mejor argumento: “El PP es el peor castigo de León”.

En resumen. Un debate correcto, con pocas propuestas, muy repetitivo, que adoleció de algo importante: no logró emocionar. Y unas elecciones, aunque sean primarias, a estas alturas se deciden más por la emociones que por la razón.

Una anécdota: ninguno de los tres candidatos y tampoco el moderador se refirieron a la Capitalidad de la Gastronomía España 2018 para la ciudad de León. Curioso.

Este domingo, 12 de noviembre, están llamados a votar en la primera ronda de primarias más de tres mil militantes socialistas leoneses. Uno de los tres candidatos quedará eliminado. Y el domingo siguiente, el día 19, se celebrará la definitiva segunda vuelta para elegir al secretario general provincial.