El encanto del turismo rural se vive en Castilla y León
Dicen que la belleza está en el interior y si hablamos del turismo rural en general y de Castilla y Léon en particular, la verdad es que esta afirmación cobra un mayor sentido y se eleva a la máxima potencia.
Nuestra Comunidad, como asegura Luis Ángel Chico, presidente de la Asociación de Empresarios de Turismo Rural de Castilla y León (ACALTUR), da la posibilidad al turista de disfrutar de una “importante oferta patrimonial” con “Monumentos y espacios naturales” que hacen las delicias de todo el que hasta nuestra región se desplaza.
Pero Castilla y León se ha tenido que aplicar el “renovarse o morir” porque el gusto del turista ha cambiado y mucho. La gastronomía y el enoturismo se han consagrado como pilares básicos de una oferta que se completa, como asegura Diego Benito, presidente de la Asociación de Turismo Activo (ATACYL), con “un gran número de actividades como el barranquismo, piragüismo o los parques de cuerdas”.
Nuevo perfil de turista y nuevas actividades
Lejos parece haber quedado ya aquella oferta turística de sol y playa que primaba y abundaba a comienzos de este siglo XXI. Ahora, como asegura el presidente de ATACYL, se comienza a buscar “un turismo alternativo de calidad”, con otros alicientes como “la diversión o la adrenalina”.
Castilla y León cuenta con una “amplia y muy creciente oferta de turismo activo”, como nos cuenta Diego Benito. Las actividades más solicitadas pasan por ser “el senderismo para personas de edad más avanzada o el barranquismo y las rutas en quad entre los más jóvenes”. Diversión económica porque el precio de estas suele estar entre los “20 y 50 euros por persona”.
Están cobrando especial relevancia otras actividades como los viajes en globo, explica Roberto Pérez, director de una de estas empresas, que permite “contemplar la belleza de nuestra Comunidad desde el aire”, antes de gozar del vino y la gastronomía.
Castilla y León mantiene su hegemonía como destino rural
Con un total de 1.564.651 pernoctaciones, nuestra Comunidad mantiene su hegemonía como destino rural preferido por delante de Cataluña (1.123.195) y Baleares (972.689) en 2016, con un aumento del 8,7% respecto a 2015, según datos de la Encuesta de Ocupación en Alojamientos Turísticos emitida por el Instituto Nacional de Estadística.
La gastronomía tiene mucha culpa de que 701.241 viajeros hayan pasado por nuestra Comunidad en 2016 ya que como asegura Luis Ángel Chico “todos comen y beben” y disfrutan con nuestros productos típicos, una delicia para el paladar de los forasteros.
“Las visitas guiadas a las bodegas están ahora de moda”, como señala además Beatriz Fernández Pujo, directora comercial de una de ellas, y hacen que el vino sea también un pilar clave y un motor para que, por ejemplo, la economía de nuestra Comunidad, con el turismo rural como eje, haya obtenido un impacto económico de 850 millones de euros durante el primer semestre de 2017.
En cuanto a los aspectos a mejorar, el presidente de ACALTUR, Luis Ángel Chico, apunta a un “aumento de la calidad de la conectividad”, con Internet como protagonista, para llegar a los “diez Megas” y un “mayor control del intrusismo” que está afectando gravemente al sector en los últimos años.
“Castilla y León tiene como industria principal el turismo y hay que cuidarlo porque es un sector que mueve mucho dinero y acaba siendo un nicho importante de empleo”, asegura María del Carmen Martín, propietaria de uno de los 3326 alojamientos rurales con los que cuenta nuestra Comunidad en la actualidad en el municipio abulense de Navaluenga.
Todos los profesionales coinciden en apuntar que el futuro del turismo rural en Castilla y León es bueno pero, como asegura Luis Ángel Chico, no se puede “vivir de las rentas y hay que seguir trabajando apostando por el ingenio y la creatividad” para que el turista siga disfrutando del encanto de un enclave mágico como es nuestra Comunidad.