El alcalde de Valladolid, Óscar Puente, ha reafirmado su negativa a que la San Silvestre se celebre en la mañana del 30 de diciembre, tal y como presentó el propio Ayuntamiento junto con la Federación de Atletismo. El motivo es que “es un día clave para el comercio y no se puede cortar el acceso al centro”, ha afirmado Puente. El alcalde ha ido más allá y ha rechazado los argumentos planteados desde la organización que inciden en el beneficio que generarán los miles de participantes tanto para comerciantes como para hosteleros después de la carrera.

“Las 4.000 personas que corran en pantalón corto no van a ir a comprar después, es gente que tendrá que ir a ducharse cuando acabe la carrera, no de compras; además no hacen falta reclamos, ya hay una iluminación navideña en la que el Ayuntamiento invierte una importante cantidad de dinero, lo que hace falta ese día es que se pueda ir con normalidad a comprar en la ciudad”, ha asegurado Puente.

El alcalde también ha defendido que el Ayuntamiento “pueda opinar” sobre la fecha y momento más idóneos para celebrar la carrera, “porque aportamos una subvención y ponemos la Policía Municipal para cortar las calles, lo que genera una importante cantidad de horas extras que hay que abonar”.

Sobre los problemas que ha generado esta decisión en el seno del equipo de Gobierno, después de que el concejal de Deportes, Alberto Bustos, presentara la prueba junto a los organizadores; Puente ha asegurado que “no hay ningún conflicto, sólo una discrepancia”.

El alcalde también ha insistido en que esta decisión de no autorizar la San Silvestre el día 30 no responde a una cesión ante las presiones de los comerciantes. “Ni cedemos ante los ecologistas cuando se corta el centro por contaminación, ni ahora cedemos a los comerciantes, lo que hacemos es gobernar pensando en el interés general”.