El pleno del Ayuntamiento de Salamanca ha abordado este viernes una moción del Grupo Socialista y Ganemos para reclamar el apoyo institucional a la manifestación que tendrá lugar el próximo 20 de enero en Valladolid para reclamar mejoras en la sanidad pública. Moción para poner en un aprieto al equipo de gobierno del Partido Popular, pues es una manifestación contra las políticas de la Consejería de Sanidad, administración dirigida por el PP, pero una manifestación que cuenta con respaldo ciudadano. Por tanto, estar a favor o en contra es ponerse a favor o en contra de la otra parte.

Y ahí, sobre todo, también quedaba entre la espada y la pared el alcalde, Alfonso Fernández Mañueco, alcalde de Salamanca, y por tanto de los salmantinos que reclaman una mejor sanidad, pero presidente del Partido Popular de Castilla y León y próximo candidato a presidir la Junta, y por tanto del partido contra el que se protesta. Pero los populares han encontrado un resquicio en la moción para votar en contra y que por tanto haya sido rechazada.

Por parte de Ganemos, la concejal Pilar Moreno, denunció que la Junta de Castilla y León “está quiebra y depaupericación de nuestro sistema sanitario”, y “el resultado es que hay largas listas de espera, se agrava el pronóstico de la enfermedad, con largas listas de espera, más copagos y repagos, pérdida de calidad en la atención y carga de trabajo sobre la plantilla”. De ahí que las asociaciones de vecinos y colectivos sociales de Salamanca, junto con las del resto de provincias de la comunidad autónoma, se vayan a movilizar en la calle para rechazar las políticas sanitarias de la Junta de Castilla y León.

Añadió el concejal Arturo Ferreras, por parte del Grupo Socialista, que el sistema sanitario público se financia de forma progresiva, sin discriminación por edad, sexo o religión. Por eso, los recortes llevados a cabo han derivado en problemas en todos los niveles asistenciales y “supera los límites acordados como normales, se deslegitima el sistema. Quienes pueden permitírselo acuden a la medicina privada, y quienes no, pues más que en listas de espera están en listas de desesperación”. De ahí que el PSOE apoye las reivindicaciones de las plataformas ciudadanas.

También intervino Ciudadanos por medio de la concejal Ana Suárez, manifestando la necesidad de un gran pacto nacional por la sanidad pública, “pero para eso es necesario negociar, para eso es necesario ceder y para eso es necesario ser generoso”. Reconoció el apoyo de su grupo a la necesidad de más personal, “acabando con la enorme temporalidad”, sobre todo en las zonas rurales, así como a la necesidad de más inversión en la sanidad.

“Esto pasa también por despolitizar la sanidad pública”, añadió. Por eso Ciudadanos no comparte uno de los puntos de la moción, el que se refiere a que servicios como limpieza y lavandería deben ser públicos, y se abstuvo en la votación. “Nosotros no creemos que tenga que ser necesariamente así”, afirmó Ana Suárez, pues “asumir este punto sería cometer el mismo error que estaríamos criticando, aceptar unos criterios que al final serían una ideología. Estos servicios deben ser eficientes y transparentes, sea como sea su gestión, pública o privada. No queremos que la sanidad sea un arma política arrojadiza”.

Finalmente, la postura del Grupo Popular la dio la concejal de Salud, María José Fresnadillo. “Era previsible su moción, ya era de esperar su lista de agravios para sacar una rentabilidad políticas. ¿Qué hay problemas por resolver? Pues claro, pero éste no es el camino, utilizar la sanidad como arma política, con actitud alarmista e irresponsable. Las dificultades se solucionan cuando hay voluntad real de hacerlo, con diálogo, obviando el sectarismo y la manipulación”. Por eso, como el PP considera que la moción de PSOE y Ganemos no se ajusta a la realidad, votó en contra. “O no se enteran, no se quieren enterar o faltan a la verdad. No es el momento para enfrascarnos en una lucha de cifras”, añadió Fresnadillo.