Cabalgata exprés bajo la lluvia en Salamanca
No fue una Cabalgata de Reyes cualquiera. La que se presuponía de magia y participación, con más de 400 personas en el desfile acompañando a la 'aguados' reyes, se quedó en una Cabalgata a la carrera y bailando bajo la lluvia, se podría decir.
Eso sí, miles de personas -ni por asomo las cifras de años anteriores- se dieron cita en el recorrido desafiando a una lluvia pertinaz, intensa en muchos momentos y que, además de calar, caía fría. Pero ni por esas. Abuelas, abuelos, padres, madres, tíos, tías, hermanos y hermanos, no importaba el panteresco, allí estaban impasibles al tiempo para recoger un puñado de caramelos y, algunos, para intentar ilusionar a los pequeños.
Ni que decir tiene que las normas del Ayuntamiento no son para estos menesteres. Paragüas al revés, entrando sin pudor en el recorrido e, incluso, cerca de las carrozas. Pero no solo los niños, que tienen su disculpa, sino también muchos mayores. En fin.
En cuanto a la Cabalgata, aún pudo dilucidarse de lo que hubiera sido en otras condiciones metereológicas. Gustaron muchos los dos grupos de animación, uno de figurantes de ilusión, con la luna abriendo la noche, y el grupo de las medusas y caballos, que sugestionaban a los más pequeños.
Pues nada, que nunca llueva a gusto de todos, pero si se estropeó la Cabalgata por la lluvia, a buen seguro que agricultores, ganaderos y, por qué no, los pueblos con sequía estarán más que agradecidos por este regalo de Reyes llamado lluvia, cachis.
FOTOS LUIS FALCÃO