Técnicas inéditas para identificar a un cadáver aparecido en Zamora
El periodista de El Confidencial, José Pichel, se ha hecho eco de la investigación con técnicas inéditas para identificar a un cadáver aparecido a orillas del Duero en Zamora en diciembre de 2016, del que no constaba absolutamente nada, al no poseer documentación y no figurar entre personas desaparecidas.
En el reportaje, el periodista de El Confidencial indica que en los primeros análisis antropológicos sorprendió que tuviera nueve implantes, y en el análisis se descubrió que eran marca Straumann, fabricante que graba en cada implante el número de lote.
“En el laboratorio del Área de Medicina Legal y Forense de la Facultad de Medicina lograron ver ese número identificativo a través del microscopio, aunque no fue tarea fácil: la diminuta inscripción está en el interior de un estrecho orificio. “No la encontrábamos”, confiesan, y cuando lo hicieron comprobaron que cada implante pertenecía a un lote distinto, lo que parecía complicar el asunto”. Señala en el reportaje.
Hubo que consultar a la sede del fabricante en Suiza para analizar la distribución de sus productos, conociendo así que solo dos clínicas de Zamora trabajaban con esos implantes, por lo que se investigaron las medidas y la longitud y anchura de cada tornillo.
José Pichel continúa el reportaje señalando que “con todos estos datos, ya sólo hacía falta una colaboración profesional más, la de los responsables de las clínicas. “Suelen conservar archivos muy antiguos y hoy en día con los métodos informáticos esto no supone una complicación”, afirma Secundino Vicente. En teoría no podían tener muchos pacientes con una boca tan peculiar y, en efecto, en una de las clínicas zamoranas revisaron las fichas de sus clientes y uno de los historiales cuadraba a la perfección”.
“El cadáver había sido identificado y además en muy pocos días, tiempo récord si se tiene en cuenta el punto de partida de la investigación. Después se armaron el resto de las piezas del puzle. Según la literatura científica forense disponible en España, era la primera vez que se recurría a la identificación del número de lote en un implante para identificar un cadáver”, concluye.