Tras el palo de ayer con esa suspensión de la Procesión General de la Sagrada Pasión del Redentor por las inclemencias meteorológicas, que dejó a los vecinos y turistas sin poder contemplar la pasión de Cristo con esos 33 bellos pasos y sus 20 cofradías acompañando, en el día de hoy, Sábado Santo, el agua ha dado una tregua y ha permitido la celebración del ‘Santo Entierro de Cristo’.

A las ocho de la noche ha partido una procesión que destaca por el hecho de ser la última señal de luto penitencial que puede respirarse en las calles de la capital del Pisuerga, que se han teñido de luto para que terminado este sepelio a Cristo Yacente, los repiques a Gloria de las iglesias anuncien la Resurrección que se producirá mañana, domingo 1 de abril.

“El cuerpo está aún caliente, los labios a medio abrir, a medio cerrar los ojos, todo el pecho de marfil y en la llaga del costado un manantial carmesí… como recién descendido o acabado de esculpir, como un árbol cincelado con aromas de jazmín, el Santo Cristo Yacente acostado de perfil va de Santa Ana al museo, blanco sueño de alhelí”, rezan los versos que aparecen en “Eli, Eli… Guía Lírica de la Semana Santa de Valladolid”, que dan buena cuenta de lo que representa esta procesión.

Desde la Iglesia Conventual del Real Monasterio de San Joaquín y Santa Ana ha partido la Cofradía del Santo Entierro, con su túnica de terciopelo negro, alumbrando al ‘Cristo Yacente’ de Gregorio Fernández, que ha sido portada a hombros por unos sentidos cofrades emocionados por el momento y con la presencia de la concejala de Cultura y Turismo, Ana Redondo.

La talla ha marchado por María de Molina, Héroes de Alcántara, Zúñiga y Plaza de Santa Ana donde se ha terminado la procesión con un Acto de Reflexión y Oración que se ha compartido con un pueblo fiel que ha vuelto a arropar un día más a sus procesiones en otra Semana Santa marcada por la afluencia de público pese a las lluvias.

Jesús ya ha celebrado su triste entierro y se prepara ya para recobrar el aliente en ese ‘Domingo de Resurrección’, un día único en Valladolid para poner el broche a unos días de pasión y mucho sentimiento en la capital del Pisuerga.