La parroquia de Cristo Rey celebrará este sábado medio siglo de historia con una eucaristía de acción de gracias que dará comienzo a las 12.00 del mediodía. Estará presidida por el obispo de Salamanca, Carlos López, y contará también con la presencia de Ricardo Blázquez, cardenal arzobispo de Valladolid y presidente de la Conferencia Episcopal Española, quien estuvo muy ligado a la parroquia durante los años que vivió en Salamanca.

“En la ciudad de Salamanca a catorce de abril de mil novecientos sesenta y ocho, quedó erigida en parroquia canónicamente ésta de Cristo Rey y en el mismo día fue nombrado ecónomo de dicha Parroquia, el presbítero Don Valeriano González Turrión”. Con estas palabras abría el Libro de Régimen de la parroquia, cumpliendo aquello de que la parroquia “es la misma Iglesia que vive entre las casas de sus hijos y de sus hijas”, y esta misión la ha venido haciendo a lo largo de estos cincuenta años ininterrumpidamente

“La parroquia no es una estructura caduca, es presencia eclesial en el territorio, ámbito de escucha de la palabra, del crecimiento de la vida cristiana, del diálogo, del anuncio, de la caridad generosa, de la adoración y de la celebración. A través de todas sus actividades, la parroquia alienta y forma a sus miembros para que sean agentes de evangelización. Es comunidad de comunidades, santuario donde los sedientos van a beber para seguir caminando, y centro de constante envío misionero”, afirma el Papa Francisco.

Así ha sido a lo largo de estas cinco décadas pastoreados por sacerdotes celosos y solícitos de su misión pastoral, con “olor a oveja”, en palabras del actual Papa. Los vecinos recuerdan a Valeriano, Manuel Francisco y Sebastián, la colaboración pastoral de Floriano, Martín, Pepe Bullón, Primitivo, Hilario, José Adolfo y Florencio a lo largo de estos cincuenta años en el Barrio Vidal. La comunidad parroquial de Cristo Rey sigue siendo muy participativa, prueba de ello son los misioneros enviados a distintas naciones a lo largo de estos cincuenta años: religiosos, sacerdotes, matrimonios y fieles laicos.

El Milagro de San José

En la parroquia El Milagro de San José las actividades conmemorativas del cincuenta aniversario en el barrio Prosperidad se iniciaron en las fiestas de San José y se van a prolongar hasta el mes de noviembre. El punto álgido llega este fin de semana. Este sábado, 14 de abril, tendrá lugar el encuentro de coros parroquiales, ‘Cántale’, a las 12.00 del mediodía en el salón Padre Basabe. Y el domingo 15 de abril, a las 13.00 horas, se celebrará la eucaristía en la que van a concelebrar los anteriores párrocos de El Milagro. Por la tarde, la escritora y licenciada en teología Margarita Saldaña impartirá la charla ‘7 milagros de San José’, a las 18.00 de la horas en la iglesia.

El 19 de marzo de 1952 el Padre Basabe anunciaba a través de la radio la intención de levantar un nuevo edificio en el Paseo de San Antonio para el que solicitaba la colaboración de todos sus vecinos: “Se está empezando un edificio bajo la protección de San José, sin recursos económicos. Su presupuesto será de seis millones. Ahora es Dios el que tiene que hacer este milagro y vosotros con Dios. Con vuestros ladrillos”. Ese sería el germen de lo que hoy es el Milagro de San José “Ladrillo a Ladrillo”. Gracias al trabajo y a las donaciones de los vecinos se hizo posible la construcción del templo que terminaría de construirse en 1957. En el año 1968 se erigiría como parroquia.

Desde sus inicios hasta la actualidad la actividad parroquial está integrada en el conjunto de la actividad de la Compañía de Jesús en Salamanca, caracterizada por su compromiso con la justicia y la solidaridad con los más pobres, la apertura al diálogo ecuménico e interreligioso, el empeño por llegar a los alejados y a los no creyentes, la formación en la fe y la espiritualidad ignaciana, la promoción de la participación y liderazgo de los laicos.

La parroquia afronta nuevos retos como la acogida de nuevas familias que van llegando a la comunidad; el afianzamiento de un proceso participativo que incorpore a nuevas personas en la toma de decisiones y planificación; consolidar el trabajo en red dentro de la plataforma, en particular como espacio celebrativo donde compartir la fe quienes participan en las distintas obras apostólicas; extender en todos los procesos pastorales los modos de su espiritualidad ignaciana (oración, discernimiento, apertura a los más desfavorecidos, presencia y diálogo en las periferias y nuevas culturas).