Eduardo Carazo (Valladolid, 1990) nació un día de Reyes. Es licenciado en Derecho y Administración y Dirección de Empresas por la Universidad de Valladolid, actualmente doctorándose. Fue becario en un despacho de abogados, pero donde realmente está presente es en el ámbito político como Director General del Instituto de la Juventud de Castilla y León y Presidente de Nuevas Generaciones en la región. Como él dice: «Soy un enamorado de mi tierra y de mi país».

Le pregunto por su opinión acerca de las políticas de juventud y sus verdaderos protagonistas. «Creo que desde la Junta de Castilla y León se está dando mucho protagonismo a los temas que preocupan a nuestra generación: empleo, emancipación, formación… Los recursos han aumentado mucho desde el principio de esta legislatura y hay un equipo de profesionales que se desviven cada día porque todo salga bien. Yo siempre intento pensar qué le preocupa a la gente joven que tengo alrededor».

Si algo está afectando muy de cerca  a los jóvenes estudiantes es el “caso máster” de Cristina Cifuentes… «Yo no creo en los juicios mediáticos y sí en la presunción de inocencia. Cristina Cifuentes tiene derecho a defenderse y a aclarar qué ha ocurrido; y cuando quede claro si algo se ha hecho mal o no, que se asuman las responsabilidades correspondientes. Y esto debería ser igual para todos los partidos, no sólo para el Partido Popular».

En suma, el enfrentamiento entre política y juventud parece aumentar a cada paso. «Es evidente que hay un malestar con la política pero no hay que generalizar. Reivindico la política como una actividad noble, de servicio a los demás, que permite cambiar las cosas a mejor. Y animo a todos los jóvenes que no estén contentos con lo que les rodea a que se impliquen y cambien las cosas desde dentro. Yo he conocido a mucha de esta gente ilusionada y entregada en Nuevas Generaciones, y debo decir que también en otros partidos».

¿Y los Consejos de la Juventud? Todos sabemos el debate que generan entorno a su utilidad y politización. «Apuesto por ellos siempre que funcionen y traten de mejorar las cosas. Es verdad que en ocasiones se ha pretendido instrumentalizar los Consejos de la Juventud como arma arrojadiza política, pero puedo decir con orgullo que también en esto Castilla y León es un modelo: un Consejo autonómico que funciona, con presencia de asociaciones políticas, sindicales, sociales, culturales… con diferentes opiniones, pero remando todos en la misma dirección. Lo he apoyado desde la Dirección General y lo seguiré haciendo».

Eduardo considera que es urgente elevar el nivel del debate político que ha sido rebajado por el populismo y el nacionalismo. Considera que hay que centrarse en cuestiones fundamentales para nuestro futuro y construir una sociedad más abierta al mundo y más libre.