Joven y mujer. Dos características que se salen de lo común para estar al frente de una hermandad de Semana Santa, dentro de un ámbito donde predominan los hombres. Pero los tiempos cambian y Alicia García Rodríguez es un claro ejemplo de ello. A sus veinte años, desde el pasado mes de abril es la hermana mayor de Jesús del Vía Crucis, la única mujer en Salamanca que actualmente ostenta un cargo similar y la más joven de España.

No es la primera, pues ya la precedieron otras, pero apenas superan los dedos de la mano. “He llegado a escuchar que las mujeres no pueden llegar a cargar pasos porque no tienen la misma fuerza, pero no se trata de físico, sino de fe. A las personas no se las juzga por su sexo y edad, hay gente joven muy madura”, explica en una entrevista con NOTICIASCYL.

Aunque reconoce que su cargo “es una responsabilidad, estás más expuesto a las críticas, y encima por ser mujer y joven en una tradición predominantemente de hombres”. Y considera que “se ha avanzado, pero todavía queda mucho. Espero que esto sea un aliciente para que más mujeres den un paso al frente y se presenten a dirigir una hermandad o una cofradía y participen, que tomen el mando sin miedo”.

Su vocación le viene de familia. Su padre fue uno de los fundadores hace tres décadas de una hermandad ligada al barrio de San Bernardo. Él fue hermano mayor y ahora su hija toma el testigo junto a otros familiares que son jefes de paso. Hasta los dieciocho años no pudo entrar en la junta directiva, porque así lo establecen los estatutos, pero no poseer la mayoría de edad no fue impedimento para que siempre colaborara con su hermandad, mixta desde sus inicios, donde cargan por igual hombres y mujeres, donde ambos tienen el mismo protagonismo. Ahora, cuando ha llegado el momento de la renovación, de rejuvenecer al Vía Crucis, ha dado un paso al frente.

“El barrio ha envejecido, mucha gente ya falleció y sus hijos ahora alquilan los pisos a estudiantes. Mantener la vocación en San Bernardo es difícil, porque a las hermandades de barrio nos dejan un poco de lado, pero vamos a luchar para que la hermandad siga viva. La gente mayor que tiró del carro no siempre va a estar ahí, los jóvenes tenemos que involucrarnos y las hermandades tienen que estar todas unidas”, explica Alicia. Una hermandad que actualmente tiene unos trescientos miembros y que busca autofinanciarse con actividades como el Pincho Solidario cada mes. También quiere una mayor involucración infantil, “tenemos que cuidar a nuestro futuro”.

Un futuro complicado para la religión en un mundo cada vez más alejado de la fe, sobre todo de la práctica diaria en el catolicismo. “La gente no cree, a veces me dicen que soy tonta por creer en Dios, hay un desligue con la religión católica”, lamenta, pues “muchos jóvenes no quieren responsabilidades, creen, pero a su manera”. Por eso, les anima a participar, en el caso de la Hermandad del Vía Crucis, durante todo el año a través de talleres, eventos culturales, concursos, “no sólo es salir en procesión en Semana Santa, tenemos un montón de actividades durante el año. No sólo es ponerse el hábito y salir el Jueves Santo”.

Alicia es un claro ejemplo de ello. “En mi clase lo primero que me dijeron fue que vaya marronazo, sin poder salir de fiesta, todos los fines de semana a misa, pero claro que puedo salir a tomar algo con mis amigos y tener una vida de ocio. Simplemente se trata de valores y vivencias que tengo a mayores con mi fe”.

En su responsabilidad cuenta con un gran apoyo de su junta directiva y de la parroquia de San Juan de Mata. “Don Arsenio hace una gran función y se vuelca con el barrio, pero en otros sitios no ponen tantas facilidades. Sería una pena dejar abandonadas a las hermandades, vendrán tiempos mejores o peores, pero es mi sentimiento y mi responsabilidad”. Alicia tiene un gran reto para demostrarlo.