Cinco años de prisión por disparar un Kalashnikov desde casa
El vallisoletano que en febrero de 2017 efectuó varios disparos con un fusil de asalto Kalashnikov desde su casa y alcanzó a tres turismos, entre ellos un taxi, y la fachada de un colegio próximo se ha conformado este martes con una condena de cinco años y un día de cárcel, frente a los ocho que inicialmente solicitada el Ministerio Fiscal.
El encausado, J.J.B, se ha reconocido autor de un delito de depósito de armas de guerra y de otro delito continuado de daños, en los que el tribunal le aplica las atenuantes de alcoholismo y reparación del daño, y por ello la condena ha quedado finalmente reducida a cinco años y un día de prisión y al pago de una multa de 2.160 euros, según informaron a Europa Press fuentes jurídicas.
El juicio, por tanto, no ha llegado a celebrarse, aunque sí han comparecido los titulares de dos de los vehículos dañados, Abraham G.J. y Belén C.D, para manifestar su renuncia a las indemnizaciones que pudiera corresponderles.
El propietario del taxista que también sufrió daños, Antonio M.M, ya había sido indemnizado con anterioridad por el condenado con más de 2.700 euros, de ahí la atenuante aplicada de reparación del daño.
Los hechos se remontan a la madrugada del día 16 de febrero, cuando el procesado se encontraba en su domicilio situado a la altura del número 27 de la calle Villabáñez y, por motivos no especificados, efectuó varios disparos con un Kalashnikov que impactaron en un taxi marca Citroën cuando giraba por la calle Cigüeña.
El taxista salió ileso
Los proyectiles alcanzaron a la puerta trasera, la rueda delantera izquierda y la rueda trasera derecha, con rebotes posteriores en el maletero y en los bajos del turismo, sin que milagrosamente el taxista resultara herido.
Pero además, el procesado disparó igualmente contra la pared del colegio Lestonac y contra otros dos vehículos, un Ford Mondeo y una Fiat Combi, que se encontraban estacionados en la calle Villabáñez, que resultaron con distintos desperfectos.
Avisada de lo ocurrido la Policía Nacional, los agentes se personaron en el escenario de los hechos y hallaron el fusil de asalto, los cargadores y los cartuchos escondidos en el descansillo del piso 2º del número 27 de la referida calle.
El Kalashnikov intervenido--capacitado para disparar en modo semiautomático y automático--es un modelo AK-47 fabricado en la extinta República Democrática de Alemania, mientras que también fueron hallados dos cargadores metálicos sin marca ni modelo visible en cuyo interior se encontraban alojados, sin percutir, 29 cartuchos metálicos completos del calibre 7,62 Russian/Kalashnikov y 50 cartuchos metálicos completos de las mismas características que los anteriores.