corpus 2018 TORO (85)

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Región

Emoción y participación dan color a un Corpus especial de Toro

5 junio, 2018 13:37

La historia del Corpus es larga y compleja en la ciudad de Toro. Uno de los "tres jueves del año que relucen más que el sol" -como eran el Jueves Santo, el Corpus Christi y el Jueves de la Ascensión- está ligado a la fé y la tradición que recorre las calles y los espíritus de las gentes toresanas.

La fiesta surgió en la Edad Media, cuando en 1208 la religiosa Juliana de Cornillon promueve la idea de celebrar una festividad en honor al Cuerpo y la Sangre de Cristo presente en la Eucaristía. Así, se celebra por primera vez en 1246 en la diócesis de Lieja (Bélgica). En el año 1263, mientras un sacerdote celebraba la misa en la iglesia de la localidad de Bolsena (Italia), al romper la Hostia consagrada brotó sangre, según la tradición. Este hecho, muy difundido y celebrado, dio un impulso definitivo al establecimiento como fiesta litúrgica del Corpus Christi. Fue instituida el 8 de septiembre de 1264 por el papa Urbano IV, mediante la bula Transiturus hoc mundo. A Santo Tomás de Aquino se le encargó preparar los textos para el Oficio y Misa propia del día, que incluye himnos y secuencias, como Pange Lingua (y su parte final Tantum Ergo), Lauda Sion, Panis angelicus, Adoro te devote o Verbum Supernum Prodiens.

Pero viajemos a Toro, una ciudad que vive 'este domingo' uno de los actos centrales de la festividad: la procesión del Corpus Christi. Tras la celebración de la tradicional misa celebrada en La Colegiata, se inicia la procesión desde el templo para llevar al Señor en su Custodia por las principales calles de la ciudad. Acompañan a la Custodia en el cortejo miembros de distintas corporaciones cofrades y los niños que este año han hecho su Primera Comunión.

El desfile procesional, que partió de la Colegiata, realizó su recorrido habitual por las calles San Lorenzo, El Sol, plaza de Santa Marina, calle La Reina, donde tuvo lugar la parada frente a la puerta del colegio del Amor de Dios, con la bendición de los niños nacidos en el año. Seguidamente, la procesión continuó su trayecto por la calle Tablarredonda, hasta llegar al Monasterio de Santa Sofía, desde cuya torre las hermanas brindan flores al Santísimo, y después se continuó por la calle Judería hasta regresar a La Colegiata.

Emoción, color y participación en Toro

Existen muchas celebraciones de Corpus Christi a lo largo y ancho de la 'piel de toro', pero si algo caracteriza a Toro es la convivencia que esgrimen sus vecinos, sin importar la edad ni el género ni la creencia. Toro, por así definirlo, es distinto. Es amante de sus tradiciones antañonas, como el Corpus Christi, algunos años perdido, pero recuperado porque tenía vida e historia. Pero las gentes de Toro son las principales impulsoras de sus ritos, costumbres y tradiciones. Todo emana del pueblo y todo regresa al pueblo. Da gusto ver como jóvenes y mayores trabajan y colaboran en que todo salga bien. Esa es la esencia de la fiesta, independientemente de la vistosidad, colorido o asistencia, que las tiene y en cantidad.

Todas las cofradías asisten con sus pendones, cruces y mangas y, cómo no, las varas que distinguen. También tamborileros zamoranos como Toño de Don Sancho o Luis Antonio Pedraza. Como las mujeres que bailan atavidas con portes tradicionales. También el Coro y la Banda de Música La Lira.

Las calles engalanadas. El olor a tomillo, romero y pétalos de rosa que, en cada calle, en cada balcón, en cada altar, caían como copos coloridos al paso del Santísimo. Colchas de lujo y también  manteles, alfombras y tapices... Altares, muchos altares, unos más grandes, otros más modestos, pero todos con el espíritu de la colaboración, o la penitencia, quién sabe... Y cómo no, de fondo siempre la arquitectura propia y monumental de Toro. Su Colegiata al salir y al regreso, pero también la Torre del Reloj, que asciende vertical a confundirse con el cielo, y sus calles de fachada de arcilla, estrechas y judaicas... Es Toro y su esencia. Es Toro y sus gentes. Es la tradición popular que canta cuando pasa la Forma,

Barre la calle,
que va a pasar por ella
salada y olé,
cuerpo salado,
deja de querer,
que va a pasar por ella
Cristo y su madre.

REPORTAJE GRÁFICO LUIS FALCÃO