El camino ha sido sinuoso, lleno de baches y curvas difíciles de tomar. En varias ocasiones, la meta se ha visto borrosa, como un oasis en el desierto, una verdadera utopía que al final se convirtió en realidad. El Real Valladolid es de playoff. Y lo es tras un tremendo final de temporada, merced al cambio de entrenador, y después de haber cumplido en el último encuentro en el que dependía de sí mismo.

Pocos creían que se podía lograr el objetivo de la promoción al vencer el Sporting de Gijón en Zorrilla. Y ahora es precisamente el conjunto asturiano el que visita el feudo pucelano con una dinámica no tan positiva. Por aquel entonces, los Rubén Baraja lo tenían todo para ascender directos, y hace apenas unos días incluso perdieron la tercera plaza.

El Real Valladolid llega lanzado, arropado por una afición que volverá a llenar el osé Zorrilla por segunda vez en cuatro días, un hecho histórico. El papel ha volado y la hinchada está muy metida con su equipo al ver su reacción con Sergio González en el banquillo. La ocasión se presenta suculenta y el conjunto blanquivioleta no quiere perderla.

Aparte de las ya consabidas ausencias obligadas por lesión de Deivid, Luismi y Cotán, Sergio González cuenta con la importante baja de Míchel, fundamental en el centro del campo en la reacción del equipo. El técnico baraja varias opciones para suplir al valenciano, aunque no quiso dar pistas en la comparecencia previa ante la prensa.

El resto de jugadores, un total de 21 e incluidos los canteranos Mayoral y Javi Pérez, ha entrado en la lista de convocados para el encuentro. Se trata de Masip, Becerra, Antoñito, Moyano, Kiko Olivas, Rotpuller, Calero, Borja Herrera, Nacho, Borja, Javi Pérez (dorsal 44), Anuar, Gianniotas, Hervías, Mayoral, Ontiveros, Toni, Óscar Plano, Chris Ramos, Toni Martínez y Mata.