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Región

El Valladolid colapsa al Sporting con ocho minutos mágicos

8 junio, 2018 15:52

Un parpadeo en la visión de toda una temporada. Ocho minutos marcados a fuego en un sinfín de encuentros. Tres golpes de efecto con relumbrón. Pasado el ecuador de la primera parte el Real Valladolid ha golpeado en tres ocasiones prácticamente consecutivas la portería de Mariño y ha enfilado la eliminatoria ante el Sporting de Gijón, que gracias al gol de Jony en la segunda parte afrontará con menos derrotismo que el mostrado en Zorrilla el partido de vuelta el domingo en el Molinón.

Comenzó el Real Valladolid con las ideas claras y la intención ofensiva marcada. Con sólo tres minutos lo intentó Plano desde fuera del área y Mariño detuvo en dos tiempos. La idea de probar al portero visitante la tanteó también Mata en el minuto 9, cuando aprovechó un balón al área para afrontar el mano a mano que terminó fuera.

El Sporting apretaba arriba y con dureza, lo que provocó que la afición solicitara tarjeta en alguna de las entradas más explícitas de los visitantes. La tuvo Santos, uno de los atacantes más activos del equipo asturiano durante todo el partido, pero su remate de cabeza se fue alto. El partido era de ida y vuelta, con los dos equipos bien plantados en defensa y el ataque buscando pases en profundidad a la espalda de los centrales.

Cuando la primera parte ya dejaba atrás su ecuador llegó el trance sobre el césped de Zorrilla. Ocho minutos para el recuerdo, para enmarcar, para mantener a mano en un acceso directo a la memoria colectiva blanquivioleta. Todo empezó en el minuto 28, justo después de que el Sporting viera la primera amarilla, para Sergio Álvarez; la jugada de ataque tras sacar la falta terminó con un centro desde la derecha de Hervías y el potente remate desde el corazón del área de Calero para adelantar al Pucela.

Se había abierto la lata de la eliminatoria y el entusiasmo despertaba en un Zorrilla abarrotado. En el minuto 34 una fuerte entrada de Carmona le valió la segunda tarjeta del partido y, lo que era más peligroso para su equipo, habilitaba un lanzamiento desde el perfil izquierdo de la frontal. Ahí se colocó Hervías, desde una posición similar a la del partido ante Osasuna apenas días antes, para golpear el balón con contundencia y superar la barrera para volver a batir a Mariño y marcar el 2-0. Otro golazo de falta directa.

El éxtasis inundaba el graderío, los rojiblancos quedaban anonadados y el Valladolid presa de su entusiasmo. El Sporting de Gijón se hundió, los jugadores iban sin fuelle por el campo, aún sin saber que lo peor estaba por llegar. Dos minutos después, en el 37 de juego, se sumó a la fiesta el que siempre está, el infalible, el delantero que pulveriza récords, registros y expectativas.

De nuevo de las botas de Hervías salió el centro desde la derecha, un control fantástico de Mata, que orientó el balón al tiempo que se giraba y superaba a un defensa, para después escurrirse y rematar antes de que otro zaguero llegara al cruce. Mariño sólo pudo ver impotente como el balón llegaba al fondo de su portería por tercera vez en sólo ocho minutos. La locura se desató en Zorrilla, la afición no daba crédito, 23.801 espectadores orgullosos de su equipo, soñando con el ascenso que parecía en ese momento mucho más cerca que en ningún otro instante durante la temporada.

No desaprovechó el momento el Real Valladolid y el juego ofensivo se mantuvo al alza. Primero con un potente disparo de Hervías desde fuera del área que despejó Mariño y a punto estuvo Mata de cazar el rechace en el 42. Dos minutos después fue Anuar el que lo intentó y de nuevo el portero visitante tuvo apuros para frenar la goleada. Cuando aparecía la lluvia en Zorrilla, escampaba al fin la tormenta perfecta del Valladolid con el descanso.

Tras el paso por vestuarios el Valladolid supo mantener la calma y el control del partido, mientras que el Sporting incrementaba aún más la dureza de su defensa, tratando de que esa intensidad les devolviera a competir el partido. La ocasión más clara la tuvo Santos para conseguir ese objetivo, pero la meta de Masip continuó a cero.

En el 65 Mata volvió a deshacerse de la defensa y situarse en situación hábil para rematar un centro de Plano, pero el balón terminó fuera. El momento más delicado para el Valladolid llegó en el 70, cuando Jony cogió la espalda de Moyano y superó a Masip para frenar la euforia y recortar diferencias.

Entró Ontiveros por Toni y Gianniotas por Hervías buscando refrescar el juego ofensivo y la suma de jugadores con las pilas cargadas para afrontar minutos de ida y vuelta constante. El que no parecía desfallecer nunca era Mata, incansable en su persecución de cada balón, buscando siempre la ventaja, un pase, un remate o provocar un córner. Una vez más, un rendimiento ejemplar.

En los últimos diez minutos buscó más el Valladolid el cuarto que el Sporting el segundo. La presión de los blanquivioletas y un exceso puntual de ansiedad acabó con amarilla para Ontiveros primero y Mata después. La guinda la puso el tercero de los cambios de Sergio González, dando entrada a Javi Pérez por Anuar, lo que supuso el debut con el primer equipo.

Ahora espera el Molinón el domingo y la defensa de un 3-1 que tiene al Pucela es disposición favorable de superar la eliminatoria y dar un paso de gigante hacia el deseado ascenso.