Las lágrimas de Jaime Mata
Hay que ver como son las despedidas. No falla, todas son duras por mucho que uno se esmere en ocultarlo o en dar apariencia de normalidad cuando por dentro corretea ese gusanillo que te mete el miedo ante lo desconocido primero y te recuerda que te vas de un sitio donde has sido muy feliz.
Eso le pasó en la tarde de ayer a Jaime Mata. El ex del Girona rompió a llorar en plena celebración del ascenso del Real Valladolid cuando los aficionados blanquivioletas le mostraban su apoyo por un lado y le cantaban eso de “¡Mata quédate!”, una utopía cuando hasta el presidente, Carlos Suárez, ha confirmado ya su marcha al Getafe.
El Pichichi de Segunda con 35 dianas se vino abajo sabedor de que, quizás, era el último momento que iba a pasar junto a una hinchada que no se ha cansado de darle mimos a lo largo de toda la temporada.
Una campaña radicalmente distinta a la anterior. Con Paco Herrera, jugando como extremo, Mata no estaba a gusto y eso se notaba. Luis César Sampedro volvió a ponerle en su sitio a comienzo de la temporada, al César lo que es del César, para que el 9 se haya salido con 35 dianas.
Se marcha un auténtico killer que será difícil de reemplazar para Sergio de cara al año que viene en Primera pero también uno de esos futbolistas que hacen piña dentro del vestuario. Se va el futbolista total y una persona noble que todo equipo quisiera tener.