La plaza de toros de Zamora cambió por un día los tradicionales festejos taurinos por otro evento que evoca también la pasión, la pureza y la espectacularidad como es el que evoca el mundo del motociclismo encarnado en los “toreros” del Free Style.

El coso zamorano ha cambiado durante la noche de este sábado el público taurino por el motero que abarrotó el graderío para deleitarse con la espectacularidad y el riesgo que ofrece esta disciplina deportiva. Una disciplina deportivo en el que la combinación del ruido de los artistas y el rugir de los motores hicieron vibrar a unos aficionados entregados.

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Una cita lúdico-motero de que ha regresado  a Zamora tras diez años de ausencia y que pareció que fue ayer ya que el público se entregó para disfrutar y enloquecer con una prueba cargada de virtuosismo, emoción y perplejidad a través de la puesta en escena en el albero zamorano de la elite del Free Style. Una parroquia motera que no solamente era zamorana ya que en el espectáculo se dieron cita apasionados de este arte  llegados de diversos puntos del país.

El evento comenzó con un toque zamorano ya que antes del inicio de la prueba salto a la pista el jóven piloto local, de tan sólo once años, Adrián Carrera que en una pequeña exhibición levantó los aplausos del público.

Un evento, con el que esta disciplina arranca la temporada, y en el que se han dado cita las grandes estrellas del Free Style patrio como el actual campeón de España, Pedro Moreno, junto a otras grandes personalidades de este universo como Greg Rowbottom, Miguel Espada, Álvaro Pages o Christian Meyes, campeón de X-Pilots.

En esta fiesta de acrobacias aéreas realizadas en motocross, los pilotos pusieron al servicio de la competición y el espectáculo sus mejores especialidades entre las que no faltaron los característicos Backflip, en sus diversas vertientes, Bar Hop, Bikeflip, Body Varial, Dead Boy, Flatspin 360 o Indian Air entre otras piruetas donde piloto y moto se funden en uno.

Con este espectáculo, la pasión zamorana volvió a revivir la tensión, emoción y sorpresa que ofrece una disciplina como el Free Style donde se hizo evidente que ambos no pueden pasar próximamente tantos años sin volver a encontrarse para disfrutar de la fiebre acrobática motera.