Líos de faldas elevan la tensión entre familias de etnia gitana
La reyerta de ayer domingo entre familias de etnia gitana, con un trasfondo de motivos sentimentales por medio, es una más en una larga lista durante los dos últimos años. Sobre todo entre clanes del barrio Pizarrales enfrentados a los clanes asentados en Buenos Aires, donde tuvo lugar la multitudinaria gresca.
El incremento de este tipo de enfrentamientos hay que circunscribirlo a la pérdida de los valores más tradicionales entre la cultura gitana. Según explican fuentes policiales, líos de faldas se encuentran detrás de las últimas reyertas, con tercera personas implicadas en relaciones sentimentales antaño sagradas.
Y es que las nuevas generaciones desafían incluso a los patriarcas, jóvenes intransigentes en cierto modo ‘apayados’, asiduos a las redes sociales, a la importancia suprema de la imagen y al libertinaje. Antaño si algún gitano se salía del tiesto, hablando coloquialmente, su familia era rápidamente llamada a capítulo, exponiéndose incluso al destierro. Pero ahora es muy difícil controlar a estos jóvenes, según aseguran los responsables de los asentamientos gitanos en Salamanca con quienes mantienen contacto los agentes policiales.
Por eso, hay temor a una escalada violenta durante las próximas semanas por las represalias que puedan producirse, a tenor de lo acontecido en anteriores veranos, con tiroteos y apuñalados. Generalmente suelen ser disparos intimidatorios o cuchilladas de aviso. Hasta el momento no se han registrado fallecidos por estas rencillas familiares. Hasta el momento.