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La batalla de Hugo para acabar siendo un hombre

27 junio, 2018 11:52
Seis y media de la mañana. Suena el despertador. Abres los ojos. Te desperezas. Piensas en lo que toca hacer en esta jornada de miércoles en el curro. Te levantas de la cama para dirigirte hasta el espejo ubicado en el servicio para pasarte un buen chorro de agua por el rostro, pero antes te reflejas. Te ves. No te gustas y te rechazas por saberte en un cuerpo que no es el tuyo.

Esto es por lo que ha tenido que pasar Hugo García Sáez, un vallisoletano de 39 años de edad, que decidió hace tres primaveras, echar valor para afrontar una operación de cambio de género para que en el DNI pusiese la identidad con la que él se siente él y con la que quiere pasar el resto de sus días.

“Me senté delante de mi médico y cuando le dije que era transexual se quedó en blanco porque no sabía dónde mandarme ni el protocolo, ni nada”, nos cuenta Hugo, en un claro ejemplo de falta de formación de los sanitarios que contrarrestas organizaciones como Fundación Triángulo, que asesoran exhaustivamente a las personas que quieren cambiar de género.

De toda la Odisea por la que ha tenido que tenido que pasar nuestro protagonista y de muchas cosas más nos habla en esta entrevista.

Pregunta. ¿Cuándo se da cuenta de que se encuentra en un cuerpo con el que no se siente cómodo ni a gusto?

Respuesta. Te das cuenta cuando empiezas a ver que no eres igual que tus amigos. Siempre me he relacionado más con chicos que con chicas. Cuando cambia el cuerpo te das cuenta, con cuatro o cinco años que vas a la piscina y te ves que no estás igual que los demás. Cuando pasa el tiempo ves que no te desarrollas de la misma manera que tus amigos y te empiezas a dar cuenta de que algo no funciona.

P. ¿Resulta complicado separar la orientación sexual de la de género?

R. Son dos cosas diferentes. La orientación sexual hace referencia a quién te gusta. Puede ser chico, chica, las dos cosas… La orientación de género hace referencia a cómo te sientes, si chico o chica.

P. Se da cuenta pronto, como reconoce, de que quiere ser un chico. ¿Cómo recuerda su infancia?

R. Te das cuenta de que hay algo mal pero entre los tres y los siete años, como eres más inocente, no relacionas las cosas. Después, cuando empiezas a fijarte en chicas, las chicas te dicen que no eres un chico pero tú dices “sí, lo soy”, es cuando empiezas a ver que algo no va bien.

P. ¿Qué es lo que más daño le hacía cuando era pequeño del hecho de ser un hombre metido en un cuerpo de mujer?

"El periodo, es lo que más daño me hacía, es lo que te obligaba recordar cada mes lo que no quería ser".

R. Sobre todo, cuando empiezas con los típicos desarrollos de las mujeres. El pecho, el periodo, es lo que más daño me hacía, es lo que te obligaba recordar cada mes lo que no quería ser. Por lo demás, y entre amigos, como siempre me he comportado naturalmente no me encontraba con problemas.

P. ¿Cuándo se decide a afrontar el cambio de género y por qué en ese momento?

R. Hace tres años es cuando dije “Hasta aquí” y comencé con el mismo.

P. ¿Cómo se lo tomó su familia? ¿Le apoyó desde el primer momento?

R. Bien. La verdad es que no tengo ningún tipo de problema ni con la familia ni con los amigos. Han sido muchos años y ellos me han visto. Siempre he vestido igual, siempre he ido con el pelo corto. Me he comportado como he querido ser.

P. Tengo entendido que también encontró refugio en el trabajo y, sobre todo, en los amigos, que no le llamaban por su nombre original sino por un apodo… ¿Cuál era, si se puede contar?

R. La verdad es que sí. Siempre he trabajado con personas que me conocían desde hace mucho tiempo. Cuando he estado en paro e iba a determinados sitios a echar el currículum, cuando veían que ponía Hugo y a la hora de facilitar otros papeles ponía otra cosa, era complicado. Han sido detalles mínimos. Me llamaban Malhy pero no me acuerdo ni de dónde venía.

P. Resulta imprescindible el hecho de ser entendidos porque de ser al revés el problema de la incomprensión puede acrecentar el dolor de las personas transexuales.

R. Yo, en este aspecto, he tenido mucha suerte. Hay gente que no encuentra apoyos en familia y amigos. Yo todo lo que te puede decir, de momento y tras cambiar DNI y más cosas, es positivo.

P. Cuando dice “Hasta aquí” hace tres años y decides comenzar con el cambio de sexo, ¿Dónde se dirige en un primer momento?

R. Lo primero que hice fue ponerme en contacto con Fundación Triángulo. El fin era el de que me orientaran un poco sobre lo que tenía que hacer y de ahí me dirigí al médico de cabecera. Cuando fui al médico de cabecera iba con la lección aprendida y sabiendo lo que tenía que decir. Me senté delante de mi médico y este se quedó en blanco porque no sabía dónde mandarme, ni el protocolo, ni nada.

P. ¿Cuál ha sido un poco el proceso?

R. Lo primero es el médico de cabecera. De ahí vas a psicología, luego al endocrino donde te empiezan a hacer análisis. Tienen que pasar tres meses de lo que se conoce como ‘Prueba de vida’, presentándote al mundo como quieres ser. Tras estos tres meses de análisis, pinchazos de hormonas, etc. tenemos que esperar a cuando nos llamen.

P. Por lo que tengo entendido, al final el cambio o no de sexo que tan importante resulta para usted, depende de un profesional que no conoce, en un principio, nada de su vida.

"Si psicología dice que no, para el proceso". 

R. Si psicología dice que no, para el proceso. Te siguen llamando para más citas, para hablar contigo y ver cómo te sientes pero nada más.

P. Tras pasar por el médico de cabecera y por el psicólogo toca el endocrino. ¿Cómo recuerda ese momento?

R. Cuando fui a psiquiatría estaba un poco de uñas porque sabía que tenía que hacer un supertest para ver si era verdad que tenía disforia de género. Este es un término médico que queremos desterrar y una de las principales reivindicaciones porque dentro de la clasificación de la Organización Mundial de la Salud todavía se sigue utilizando este término que demuestra que siguen tratando esto como una patología.

P. ¿Y la operación de cambio de género?

R. Tengo las dos operaciones hechas pero en la de pecho me falta la reconstrucción. La recuerdo horrible, después de tanto tiempo, porque no lo han hecho bien ni entera. Yo y más gente estamos luchando para que nos terminen esta operación. Han hecho el vaciado de pecho pero no la reconstrucción y es algo importante.

P. ¿Cuánto tarda en completarse todo el proceso para pasar a ser un hombre finalmente?

R. Se supone que la primera parte de la operación, que es la menor, la de pecho, debe estar en una operación. Luego está el vaciado de útero y ovarios, que también son dos operaciones fáciles. La intervención mayor es por derivación y hablamos de una lista de espera de entre cinco y seis años.

P. ¿Cómo le afectaron las hormonas?

R. Son muchos cambios. Siempre he dicho que ha sido como una menopausia a lo burro, sin poder tratarla y en dos semanas. Muchos cambios de humor, en el cuerpo… es bastante duro, la verdad.

P. Supongo que habrá también una amplia lista de espera para el cambio de genitales.

R. Puede llegar hasta los cinco o seis años.

P. Todo el proceso está cubierto por la Sanidad pública de Castilla y León. ¿Le ha tocado pagar algo?

R. Lo único que pago son los inyectables. Hay dos, uno que sí que entra, cada quince días, por 80 céntimos. Luego hay otro, cada tres meses, que no cubre la seguridad social y que vale 130 euros. El tiempo para cada persona depende.

P. Otro momento muy emotivo es cuando recibe su nuevo DNI ya con su identidad verdadera. ¿Cómo lo recuerda?

R. Después de tanto luchar me sentí muy orgulloso y muy contento. Ya no tenía que dar un DNI que no correspondía con mi identidad tanto para pagar con tarjeta, para un control de alcoholemia, etc. Es como si realmente te están abriendo la puerta para entrar en tu nueva vida. El cambio de DNI debería ser desde el primer momento porque enfrentarte a dar un documento que no corresponde con tu aspecto es duro.

"El cambio de DNI debería ser desde el primer momento porque enfrentarte a dar un documento que no corresponde con tu aspecto es duro".

P. ¿Cómo se encuentra ahora?

R. Feliz a medias, por el tema de la operación, pero mejor de lo que estaba, está claro.

P. ¿Un sueño?

R. Me gustaría que saliera todo bien tanto en mi caso como en toda la gente que viene detrás porque sé lo por lo que se pasa y lo que se siente. Estás toda la vida esperando a una operación para quitarte lo que no es tuyo para que finalmente te quede mal es frustrante.

Tras la entrevista, Hugo nos recalca algo de suma importancia para él y es que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha excluido la transexualidad como una enfermedad mental, algo sumamente importante para seguir prosperando y evolucionando para que estas personas tengan los mismos derechos.